La realidad: curso de profundización y diálogos

Lo que os estoy proponiendo en este ciclo es que nosotros hemos de (o podemos) vivir lo que es nuestra realidad profunda; porque esta realidad ya la somos y, además, en su propio plano ya es consciente; totalmente consciente. El problema está en que mi mente externa está absorbida por unas determinadas cosas; y así es imposible sintonizar con ese plano de conciencia de realidad profunda. Para remediar esto, os propongo distintos medios para despertar a esa realidad profunda, la cual cambiará de manera absoluta nuestra capacidad para vivir y para manejar las cosas.
 
  Pregunta: Esa realización total de la conciencia profunda de uno, que ya es una realidad en sí…, ¿soy yo mismo, en un desplegamiento de mi conciencia de ser? ¿soy yo un punto que me estoy desplegando a partir de todo lo que son aspectos de todo tipo fenoménico o concreto? ¿Es eso mi actualización?
  Blay: Esto es así visto desde aquí abajo, desde la conciencia sensorial.
 

  Pregunta: Sí. Pero es que yo he de partir de aquí abajo para llegar a mí mismo como la conciencia plena y real que soy allá arriba.
  Blay: Pero es que ese «llegar»…, resulta que ya estás ahí ¿sabes?
 

  Pregunta: Pero me falta la conciencia de ello.
  Blay: Te falta despertar al hecho de que ya estás ahí.
 
  Pregunta: De acuerdo. Y ese despertar ¿cómo se produce?
  Blay: Pues porque alguien te sacude. Alguien que esté despierto que te sacude… para que te despiertes. O bien, a través de un lento despertar, de un aburrimiento total de tanto soñar.
 
  (Se produce un corto silencio)
 
  Veamos… ¿Cuál es tu noción de Dios? ¿Qué es Dios para ti? No como un concepto abstracto, sino ¿qué te parece a ti… lo que debe vivir Dios? ¿qué siente Dios? ¿Cómo se vive Dios a sí mismo? ¿qué conciencia tiene de sí mismo: de plenitud, de felicidad, de poder, de sabiduría…?
 
  Pregunta: De todo.
  Blay: Sí, pero no basta con el nombre, sino que has de ver lo que en tu sentir pre-sientes sobre esto, y lo que en tu «ver» intuyes sobre esto. Y entonces, esto que presientes y eso que intuyes, eso eres tú, ahora. Y tú puedes situarte ahí, y vivir desde ahí; porque esa es tu identidad en todo momento…, esto es el despertar.
 
  (Un silencio)
 
  ¿Alguien no lo ve eso?
 
  Pregunta: Yo.
  Blay: ¿Tú tienes alguna noción de Dios?
 
  Pregunta: Últimamente he pensado mucho en ello pero no puedo definirlo.
  Blay: Más que pretender definir se trata de ver…; cuando tú dejas tu mente, tu afectividad y tu conciencia interior, abiertas hacia esa noción de Dios ¿qué sientes? ¿qué te parece que Dios, él, debe vivir? No lo sabemos, es cierto, pero… ¿a ti qué te parece? Entonces, ¿no sientes tú en esa noción tuya, como una expansión enorme, de felicidad, de éxtasis, de beatitud…? ¿lo sientes eso, lo presientes eso, o no? Fíjate que digo sentir, presentir, y no digo intelectualizar. Entonces, en este pre-sentir… pon tu atención en ello. Pon tu corazón en ello. Y verás que ese presentir se convierte en sentir; y como ese sentir, a medida que vas permaneciendo atenta a eso, se convierte en un sentirte Ser.
 
La realidad: curso de profundización y diálogos
Antonio Blay Fontcuberta
1994, Editorial Índigo
2017, Editorial Sincronía

6 comentarios en “La realidad: curso de profundización y diálogos”

  1. Pues a mí me gusta cuando dice: «resulta que ya estás ahí»…más que gustar me acaba de dar un subidón. Gracias por el artículo, me gusta mucho éste porque son preguntas de alumnos que seguramente todos nos hemos hecho o le hemos hecho a Jordi.

  2. Una acertada elección Imanol. Estos diálogos con Blay me recuerdan el proceso tan íntimo que es la relación con Dios. Como él dice se trata de sentir, de abrirnos a Él, no de intelectualizar esta relación. Es algo tan sutil pero al mismo tiempo tan envolvente que sabes que es eso; no puede ser otra cosa. Entonces te rindes a ello y te dejas mecer en sus manos sabiendo que no existe un acto de amor más puro e infinito. Te sientes reconfortada y reconocida por el hecho de ser y nada más importa.

  3. Vivir nuestra realidad profunda, esa es la clave; para ello Blay explica como podemos sentirnos Ser. No se necesitan grandes esfuerzos para poder Despertar, pero sí poner nuestro corazón en conseguirlo y mantenerlo; porque, como dice Blay, eso cambiará en nosotros nuestra capacidad para vivir nuestra verdadera naturaleza, y eso, una vez que lo has experimentado, no tiene vuelta atrás. Lo que sí necesitamos es alguien que nos guíe en el camino, alguien que haya pasado ya por esas experiencias y nos ayude a mantenernos presentes; ese alguien sería el Trabajo. Gracias Imanol por el artículo.

  4. Con Blay todo es sencillo. Probablemente porque así es. Me gusta ese desparpajo con el que el maestro pregunta sobre cómo creemos que Dios se siente y se vive. !Qué atrevimiento! Pero para él es natural. Y nos lo pone como ejercicio para vivir despiertos. Porque Dios es como papá, cuando yo era pequeño e iba agarrado de su mano. Tendré que volver a la infancia…y seguir de la mano de Dios.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio