¿Cuál es y cuál debería ser el sentido de mi vida?

Por supuesto, es difícil hablar de todas estas cosas de un modo concreto, preciso. Pero yo aconsejaría a cada uno de nosotros que primero tratara de descubrir cuál es, realmente, el sentido actual de su vida. Sentido actual quiere decir, no lo que, filosofando, me imagino; esto nada tiene que ver con mi vida. Sentido actual quiere decir: ¿Qué es lo que me está haciendo vivir en cada momento? ¿Qué es lo que me motiva? ¿Qué es lo que en cada situación me está diciendo: por aquí, no; por allá. O, ahora sí; ahora no? Hay que descubrir esto.

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     Esto sólo podré lograrlo viviendo despierto, observándome mientras estoy actuando. Si lo hago, veré que hay unas cosas que me gustan y otras que rechazo, unas cosas que me ilusionan y otras que me dan miedo o me irritan.

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     “El sentido de la vida” no es una frase bonita, genérica, para ponerla en un cuadro. El sentido de la vida es el sentido de cada instante, es el porqué en cada momento vivo la cosa así y no de otra manera, por qué lo valoro así y no de otra manera. Es algo constantemente operativo.

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      Así pues yo diría que el primer paso de transformación ha de ser la transformación de nuestra visión de nosotros mismos y de la vida. Esto cada cual ha de descubrirlo por sí mismo.

     Ahora bien, a título de sugerencia, yo diría que para mí, la vida, -si es que hemos de formularlo así, en explicaciones- trata de que nosotros desarrollemos unas capacidades positivas creativas que llevamos dentro. Diría que gracias a este desarrollo yo crezco externamente, me fortalezco, e internamente adquiero una conciencia de mí mismo y una conciencia de felicidad, de plenitud, de autenticidad. Y que, paralelamente a este crecimiento individual, paralela e inevitablemente, se produce un crecimiento social, el del grupo. Y que tanto uno como otro, que es el mismo crecimiento visto desde dos puntos distintos, apuntan a una conciencia de plenitud y de realidad, a algo que podríamos llamar: Sabiduría, Dios, Poder, o cualquier otro nombre que queramos darle, pero que, por el momento, se manifiesta en nosotros en un sentido muy concreto, muy dinámico. En primer lugar, Yo, desarrollar mis capacidades positivas, físicas, afectivas, mentales, espirituales, estéticas, etc. Gracias a esto, internamente se produce en mí una conciencia de plenitud, de satisfacción, de autenticidad. Y, luego, este desarrollo subjetivo y objetivo se comunica socialmente, porque yo crezco en la medida que ejercito en los demás, junto con los demás, a través de los demás. Y con esto facilito el crecimiento de los demás. Expreso esta mayor conciencia y capacidad que voy adquiriendo en mi expresión con los demás. Formo con ellos un tejido vivo, pero con puntos de conciencia muy claros, muy diferenciados, y con ellos hago un trabajo creador, individual y colectivamente, con tendencia a una unidad superior, plena, máxima, indefinible.

     Pues bien, si esto es así entonces la consigna en la vida no será pasarlo muy bien, ni muy mal, no consistirá en demostrar que yo soy superior o que soy inferior, sino sencillamente en conseguir ser yo mismo del todo, en desarrollar toda mi capacidad de ser yo. Mi vida ha de ser una constante creación de mí, un constante descubrimiento que yo hago de mí, actuando, creando, entregándome inteligentemente, ayudo a esta misma creación, a esta misma realización en los demás. Este sentido de la vida no es algo a lo que me he de supeditar, algo a lo que he de sacrificar otra cosa. El sentido de la vida es mi afirmación profunda; pero una afirmación que implica, al mismo tiempo, la expresión plena de mí y la afirmación cada vez mayor de los demás. No es una negación con vistas a una afirmación. Esto sería erróneo. Se trata de una afirmación básica de mí que se expresa dinámicamente y que se traduce en una afirmación progresiva de los demás, en los demás. En la medida en que yo soy más yo, podré hacer mejor lo que soy capaz de hacer, y ayudar a los demás a que ellos sean más ellos mismos.

Antonio Blay Fontcuberta. “Creatividad y plenitud de vida”. Editorial Iberia. Barcelona. 1977.

Los corchetes son del transcriptor del texto.

Imagen propia.

4 comentarios en “¿Cuál es y cuál debería ser el sentido de mi vida?”

  1. Me ha encantado la conferencia de Ricardo Vidal y la reseña de ¿ Cuál es y cuál debería ser el sentido de mí vida ?. Bueno a decir verdad ninguno tiene desperdicio.
    Enhorabuena por este regalo y muchas gracias
    Soledad García Rojas

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