La importancia de ADCA en el Trabajo Espiritual

El pasado 12 de octubre pude asistir a la realización de uno de mis sueños de todos estos años de dedicación al Trabajo espiritual de Antonio Blay. ADCA constituye un ámbito de relación de gente que está en el Trabajo para algo que está más allá de su propia evolución personal, de gente dispuesta a realizar un esfuerzo del que no se van a beneficiar ni ellos ni su familia sino otras personas que desconocen o conocen muy poco.

Gurdjieff dice que el Trabajo tiene tres aspectos que es indispensable atender para alcanzar al realización: el Trabajo a favor de uno mismo, el Trabajo a favor de los demás y el Trabajo a favor del propio Trabajo.

Estos tres aspectos atienden al ser, al amor y a la verdad:

El Trabajo sobre uno mismo sirve para darnos cuenta de que somos reales, que tenemos entidad por nosotros mismos y no somos un puro reflejo de lo que los demás piensan de nosotros. Si no hay un sujeto consciente y real, nada se puede hacer. Por eso el Trabajo destinado a reforzarse uno mismo es un primer paso indispensable.  Pero ya sabéis que cuando uno se descubre a si mismo se descubre como capacidad de ver, amar y hacer; capacidades que se actualizan porque el entorno las estimula. Sin embargo, este estímulo y esta actualización ya no es algo automático como los pensamientos, las emociones y las reacciones del personaje sino que requiere un interés real por el entorno. No porque el entorno me reconozca, me quiera o me proteja a mi sino por el entorno en sí, como algo diferente de mi pero que forma parte de mi realidad y está en mi conciencia.

En el momento que percibimos que los demás, los animales, las plantas y los objetos están en nuestra conciencia es cuando este interés, que de entrada es amor, se convierte en evidencia y verdad. Tal como lo definía Blay: el amor es el sentimiento derivado de la conciencia de la unidad del Todo. Cuando se tiene esta conciencia, entonces el Trabajo deja de ser un medio y se convierte en un fin: es la manera de vivir en y desde esta Totalidad que nos incluye. Así que la clave es el amor, el interés por los demás.

Pero claro, si no pasamos de la primera fase, si el Trabajo sólo es algo que nos ocupa en la medida en que nos refuerza personalmente, no puede progresar. Entonces es cuando nos quedamos en esta tierra de nadie en la que ya no nos importa lo que piensen de nosotros pero, quizás por eso mismo, tampoco nos importan los demás. Y el sentimiento de vacío se hace más notorio que nunca, porque somos como extranjeros en nuestra propia tierra y nuestra propia familia. A no ser que volvamos a mirar esta tierra, esta familia, la colectividad y la misma humanidad con los ojos del Trabajo.

La Asociación para el Desarrollo de la Conciencia y la Autorrealización se creó para ser una experiencia de este segundo nivel de desarrollo del Trabajo. Se creó para constituir un marco de intercambio de experimentos, ilusiones, consejos, ánimos e interés por cómo le va al otro el camino que recorre hacia la conciencia de la Totalidad. Y son varias las personas que lo están utilizando, que se preocupan cada mes por aportar algo nuevo que es al mismo tiempo testimonio personal y manifestación de un nivel de conciencia Superior.  De esta manera la luz se multiplica, porque cada uno procura compartir con los demás su propia experiencia. Y esto es lo que nos hace protagonistas del Trabajo y sembradores de conciencia  a todos sin exclusión.

Tenemos pues una herramienta inapreciable que nos permite ir más allá del círculo vicioso en el que solemos movernos cuando estamos en el personaje y nos proporciona un ámbito de actuación que refuerza y anima el yo experiencia. No queda más que animar a todo el mundo a invertir en él, porque este es un nivel Superior, del tipo que nos devuelve multiplicado el esfuerzo que hacemos.             

3 comentarios en “La importancia de ADCA en el Trabajo Espiritual”

  1. Enhorabuena Jordi.
    Vives el Trabajo Espiritual con dilatada experiencia, muy buen método y sobretodo rigor. Estas son cualidades que captamos a cada momento a tu lado y al lado de Maria Pilar, con lo cual la asociación es fruto de lo que habéis sembrado.

    Con el mismo rigor y la misma perseverancia con que abordas el Trabajo Espiritual nos has ido animando a crear la asociación, cuyo alcance nos sobrepasa desde hace muchos meses.
    Hoy día es un instrumento de utilidad para todos los que nos encontramos en el Trabajo y para aquellos que están interesados en el Trabajo.

  2. La cosa está, si uno todavía anda en pañales, es decir, que aún te confundes o te crees a veces, ser lo que piensas tú, de ti mismo; en este caso que aún no has comprobado con la suficiente claridad, que eres amor, inteligencia ya que te vives como escaso de ésta, y con carencia de todo lo bueno, en este caso es muy difícil poder pasar a las siguientes etapas de poder interesarte por los demás de un modo altruista, sin finalidades,(que te valoren o te quieran).
    Lo deseable sería no quedarse demasiado tiempo en esta etapa, y poder seguir avanzando en el camino del amor y búsqueda de la Verdad por encima de todo: de la rutina, de las comodidades, las perezas, de los engaños de nuestros propios pensamientos.
    Gracias que tenemos la gran ayuda de una REALIDAD, de la que nos habló aquel que nos dijo,»Pedid y se os dará» si somos lo suficiente inteligentes nos pondremos a comprobarlo por nosotros mismos, y gracias a que es una Verdad comprobable por cualquiera de nosotros, nos ayudaran y podremos pasar a la etapa del Amor por los demás.

  3. Debemos estar atentos al interés y a los actos altruistas que realizamos por los demás sin finalidades, por el simple gozo de expresar al ser. Esto es tan natural que no se percibe, porque estamos esperando hacer y sentir grandes cosas.
    Esta atención no es con el fin de regocijarse de lo muy altruista que es uno, sino con el fin de no caer en las garras del trabajo idealizado. Esto sería como negar las breves o modestas expresiones de estima, porque las hemos magnificado en un ideal grandilocuente. Cuando más conciencia tengamos de dichos actos de afecto desinteresado, por pequeños y sencillos que sean, más fácil será desarrollar esta capacidad.
    Si pasamos por alto la observación concreta del día a día, con respecto al interés, ternura y colaboración con la gente que nos rodea, sesgaremos nuestra experiencia dándole un giro pesimista, y a la vez este lapsus consciente, tampoco nos permitirá percatarnos de las limitaciones que nos constriñen o del origen de éstas.

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