La relación exterior como medio.

La relación con el mundo exterior es un medio enormemente rico que nos permite desarrollar todas nuestras cualidades positivas; es un medio por el cual yo puedo ejercitar la expresión de mis cualidades positivas, esas cualidades que constituyen mi ser, mi personalidad; es un medio para poderlas ejercitar deliberadamente, sistemáticamente y a todos los niveles. 

Porque una de las ventajas que tiene ese camino de relación con el exterior es que me está movilizando los niveles más humanos de mi personalidad: mi vista, mi afecto, mi inteligencia concreta, práctica. Constantemente desde el exterior se me está estimulando a que yo responda desde mi cuerpo, a través de mi afecto y a través de mi mente. Es decir, que utilizo así la gama de lo que es mi personalidad cotidiana precisamente como un medio de desarrollo, y esto ninguno de los demás caminos me lo producen. 

Es toda mi personalidad que se enriquece; cuando yo voy viviendo en la dimensión más profunda de la relación humana, entonces mi personalidad se ensancha e incluye cada vez más lo que hay de propio en los demás niveles. Pero, ya de entrada, tiene de por sí esta riqueza que mejora mi personalidad positiva. Es un medio gracias al cual yo puedo enriquecerme con la experiencia de las cualidades, con todo lo positivo que estoy percibiendo y admitiendo del exterior.

Es decir, cuando yo me pongo en contacto con una persona, o simplemente con un paisaje, con cualquier cosa, esta cosa me enriquece, me provoca, me da una noción de formas nuevas, de cualidades nuevas, de modos de sentir y de atributos nuevos; y en la medida que en mí hay no sólo la percepción, sino además una admisión, dichos atributos nuevos pasan a ser míos, se produce una asimilación interior de aquello que yo no solamente percibo, sino que además acepto. Yo entonces empiezo a enriquecerme con la experiencia de los demás; todo se convierte para mí en enriquecimiento, en completamiento de mi campo de conciencia, de mi personalidad.

La relación con el exterior es también un medio para conseguir esa conciencia total de estímulo-respuesta, presión-impresión, yo-él, de manera que se forme un campo único que incluya una cosa y la otra. La relación personal es un medio para que, gracias a esta interrelación vivida de un modo correcto, pueda llegarse a superar este famoso personaje que es el que nos mantiene encerrados bajo llave en su dominio. Gracias a la relación vivida de un modo completo, integral, yo tengo también una puerta abierta a lo intemporal.

 

Texto extraído del libro Caminos de Autorrealización Tomo III, Editorial Cedel. 1983 

2 comentarios en “La relación exterior como medio.”

  1. Lo exterior ayuda a clarificar lo interior.
    Lo interior, en estado de gracia, ayuda a enfrentar lo exterior sobre todo cuando se trata de situaciones difíciles o adversas.
    Aquí podemos decir que interior y exterior son sinónimos de dentro y fuera de uno mismo.
    Entiendo que la bondad, la belleza, lo sensacional, lo sublime, de lo que descubro «afuera», me pueden ayudar a desactivar el personaje, y a darme cuenta de lo que me falta por desarrollar.

  2. Agradezco este artículo porque muchas veces erróneamente confundí personalidad con ego, no sé si le ha sucedido a más personas, porque a veces en el camino utilizamos un vocabulario inadecuado a la hora de definirnos y el personaje se excusa en frases tipo como: «no pude reaccionar de otra forma…es mi personalidad». El utilizar el término «personalidad» como fuente de riqueza interior que se desarrolla en contacto con el estimulo exterior para mí supuso un impulso en el Trabajo, no debía renunciar a ser yo misma, porque es siendo cada más «yo misma» como puedo transformar lo exterior desde un interior que está en continuo enriquecimiento.

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