Serie de reflexiones sobre la ponencia del III Congreso de ADCA «el compromiso esencial». Decimotercera entrega: «APORTAR EL AMOR, LA ENERGÍA Y LA INTELIGENCIA QUE SOMOS AL PROGRESO DE LA ESPECIE HUMANA»

Representación utópica de New Harmony (Indiana), Wikipedia.

«Y al mismo tiempo, todas estas dificultades que estamos intentando superar y que hemos reflejado en las ponencias anteriores, son el estímulo que necesitamos para actualizar el potencial y experimentarlo en nosotros. El potencial no es visible para los sentidos, es por esencia invisible; así que el que se detiene en lo visible, tropieza en ello. Se siente impotente y limitado. Registrar todos los problemas y dificultades con las que nos encontramos sin tener conciencia de nuestra capacidad de enfrentarlos y superarlos es algo que conduce a la desesperación y al nihilismo. En cambio el que tiene conciencia de estar luchando por algo posible y necesario, que tan solo está por devenir, experimenta en su lucha una dimensión superior, sobrenatural. Con ello nos estamos situando de nuevo en el sentido creador original. Si la desconexión del fondo ha interrumpido el proceso creador, la reconexión lo toma de nuevo como el sentido de la existencia. 

     

     No se trata de abandonar lo real sensible para huir hacia un mundo intemporal imaginando paraísos futuros. Se trata de conocer lo real tal cual es, es decir, esencialmente, como potencial que se está expresando, y nos ofrece unas posibilidades que ni tan solo podemos prever. Tenemos que examinar lo que se nos presenta trascendiendo el pensamiento oportunista interesado en la utilidad inmediata y actuar con la voluntad que actúa por amor de una forma creativa. Por nada, por puro placer.

     

     Esto requiere de nosotros un cambio de nivel de conciencia; no es cuestión de pensar de otra manera, sino de ver la realidad desde más allá de la razón. Para actuar desde allí, no para inhibirnos. Hay formas de contemplación que se vinculan al ocio y son incompatibles con el Trabajo; en la práctica son una evasión. Nuestra contemplación se alimenta con realidades sensibles, cotidianas. Es un diálogo con el Dios que transforma el mundo. Es una contemplación sobrenatural y encarnada; que repercute en la conciencia.»

 El primer párrafo de este fragmento merecería figurar en el prólogo de cualquier libro sobre espiritualidad. Y es el mejor antídoto contra el desánimo y la desesperación que, tal como se advierte, conducen al nihilismo.

     

     El nihilismo resulta imposible cuando se tiene conciencia del ser. Aunque podamos estar rodeados de oscuridad por todas partes, yo soy; y soy capacidad de ver, amar y hacer. El ser que somos es invulnerable, no depende de nada; y su capacidad de ver amar y hacer se manifiesta poniendo luz, valor y realidad a nuestros actos.

     

     Un mínimo conocimiento de la historia de la humanidad revela que los avances sociales son lentos pero se nutren de la acción de todas aquellas personas conscientes que empujan a pesar de no percibir cambios manifiestos. Y es que no estamos en este mundo de vacaciones sino que somos instrumentos de lo Superior que impulsa la evolución a través nuestro.

     

     Este es el sentido de la vida en este plano terrenal, colaborar con lo Superior aportando la energía, el amor y la inteligencia que somos al progreso de la especie humana. Porque nuestra mente nos presenta unas posibilidades que, aunque sean difíciles de materializar a corto plazo, aparecen mucho más naturales y lógicas que lo que se concreta a nuestro alrededor.

     

     Por eso podemos y debemos defenderlas de manera insistente, aun y cuando podamos parecer utópicos. No somos utópicos, somos seres conscientes de nuestra naturaleza esencial que consideramos impropia la deriva actual de la humanidad. Vistas las cuestiones que preocupan a los gobiernos y los argumentos que utilizan para justificar sus respectivas posturas, defender la utopía se convierte en una obligación.

Imagen: Representación utópica de New Harmony (Indiana). Wikipedia.

1 comentario en “Serie de reflexiones sobre la ponencia del III Congreso de ADCA «el compromiso esencial». Decimotercera entrega: «APORTAR EL AMOR, LA ENERGÍA Y LA INTELIGENCIA QUE SOMOS AL PROGRESO DE LA ESPECIE HUMANA»”

  1. Utopía es un término mal entendido: defiende la tesis inmovilista de que no se puede hacer nada, que es imposible un mundo mejor. Sabemos, por intuición, por fe, que es falso.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio