El Trabajo en la vida cotidiana

Hace unos cuatro años que inicié la andadura por el Trabajo. No por una situación de crisis sino por  “casualidad”; y, cómo no, debido al interés del personaje por ser “más y mejor”.

Di los primeros pasos y durante más de un año, por el “desierto” de identificar el personaje y la dificultad de notar mi presencia. El simple gesto de darme cuenta me traía de cabeza.

Supongo que la perseverancia me ayudó a constatar pequeños síntomas de algo que podía parecerse al famoso “despertar”. Y en paralelo, empecé a tomar conciencia de que, pese a no tener grandes preocupaciones, me sentía incompleto y me agotaba en un continuo intento por perfeccionarme. Era agotador constatar que nunca pasaba lo que tenía que pasar y que la gente no eran como tenían que ser.

En esta época tenía un encargo profesional comunitario de cierta importancia. Los últimos veinticinco años, salvo alguna estancia en el extranjero, los he dedicado a la administración local, concretamente al ámbito de la participación ciudadana:  calle, gente, problemas, soluciones, ….. y también formación, conocimiento de la administración y  descubrimiento de quienes participábamos en esta tarea.

Antes de llegar al Trabajo, entendía la realidad como algo complejo, que se podía analizar y diagnosticar desde diferentes perspectivas para, finalmente, actuar. Eso es lo que hacemos en la administración. Pero esta realidad, cambia por completo si, en vez de mirarla  desde la perspectiva del personaje, la ves desde la conciencia. Verla despierto ha sido algo progresivo conforme profundizaba en el Trabajo; y ha sido un regalo de la vida.

Levantarse, dar gracias a lo Superior por el nuevo día, por el sustento, por la posibilidad de participar en todo lo que sucede, de sentir el amor que me rodea y que vivo en la interrelación con el Todo, a través de las personas y las cosas que se encuentran conmigo: mi familia, mis compañeros y compañeras de trabajo, la gente del barrio, los políticos… experiencias que me permiten actualizar lo que soy y crecer personalmente. El hecho es que esta labor profesional ha supuesto un reconocimiento a nivel estatal.

Pero se acabó el proyecto y llegaron los recortes. Muy valorado, pero de vuelta a los despachos y con el sueldo recortado. Y aquí es donde lo Superior me puso a prueba y encontré la ayuda del Trabajo. El personaje intentó recuperar su terreno aduciendo que la economía familiar se quedaba temblando y que a mí me trataban como un viejo dinosaurio. Pero conseguí no caer en la disputa y el agravio y convertir la situación en una nueva oportunidad.
 
El resultado es que actualmente estoy interviniendo en ámbitos que permiten un debate y una actuación sobre la propia administración. Se habla de cambio de era, de nuevo paradigma, de organizar la administración como un ser vivo que hay que atender; para que los que trabajamos en ella nos sintamos a gusto y podamos dar lo mejor de nosotros a la ciudadanía que atendemos. Es llevar  la espiritualidad a cada rincón. A veces con prudencia, para no asustar; pero otras así de claro. Y todo desde mi nuevo puesto de trabajo. Estoy ganado en serenidad, en seguridad; conociendo gente  y pisando terrenos que nunca me había imaginado que tendría a mi alcance.

También estoy iniciando una aventura relacionada con hombre igualitarios, promoviendo un grupo de hombres que actúen desde otro paradigma de la masculinidad. Esto me obliga a estar muy activo y muy despierto, alejándome de la inhibición y la parálisis que siempre justifica el personaje. Adoptando un protagonismo consciente y corriendo riesgos que el personaje no me permitiría.

Este es mi día a día con el Trabajo.

 

Autor: Nicolás Cabezas

4 comentarios en “El Trabajo en la vida cotidiana”

  1. Me encanta la sencillez con que planteas este recorrido,comparto contigo esta ilusión por la vida, ilusión que no se desvanece con el cansancio físico ni las dificultades y que día a día se renuevan con el despertar.

  2. Qué esperanzador e inspirador lo que cuentas… yo acabo de empezar a despertar, y me alegro de poder enterarme de cómo se va constatando el progreso en este camino.¡Ojalá más personas se animen a contarnos sus descubrimientos!

  3. Un testimonio auténtico y enriquecedor de leer. Nos explica una alentadora nueva perspectiva de la vida a través de una transformación real de la persona. Aunque a la vez lo explicas de una forma tan sencilla y genuina… En la que el estímulo deja de ser externo para pasar a ser interno. Un impulso vital que da sabor y sentido a todo aquello que te rodea.

    Para mí lo más genuino reside en esta constante actitud de aprendizaje, honestidad y transparencia que reflejas en tus palabras.

    Gracias Nico. Celebro todo tu progreso y tu día a día en el Trabajo Espiritual

  4. Gracias, Nico, por dar fe del Trabajo de forma tan diáfana. Uno de los objetivos del Trabajo es que sea operativo para las personas en todos los ámbitos de su existencia y de tu texto se evidencia como ha prosperado en ti este concepto, y con qué naturalidad has ido encontrado formas y maneras de afrontar diferentes facetas de tu vida desde una vivencia despierta y consciente. Ojalá sea esta una inspiración para muchas personas, y al mismo tiempo incentive otras a mostrar sus experiencias como has hecho tú.

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