El trabajo de realización

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Quizás algunas personas se asusten ante la idea que se han hecho del trabajo a realizar; quizá vean un trabajo muy difícil, muy complicado, muy complejo, con posibilidades de perderse, de complicarse la vida. Tal vez les falten fuerzas, ánimo, decisión para llegar hasta el fin. Aquí conviene que recordemos que nunca somos nosotros quienes llevamos la iniciativa en el trabajo de la Realización. El trabajo de la Realización empieza en Dios y acaba en Dios, pasando por nosotros.

 

     En nuestro trabajo nunca somos nosotros los que estamos trabajando solos. Nuestra misma idea de posible realización nos viene ya dada desde lo alto; el deseo de una realización es la transfusión que se produce en nuestra personalidad de la Realidad Espiritual. Es Dios quien nos empuja y Dios quien nos invita; es Dios quien nos conduce, Dios quien nos olvida. Es Él quien está sugiriendo en cada momento qué hemos de hacer, es Él quien nos da el impulso para vencer las dificultades, que también Él mismo está poniendo. No somos nosotros quienes estamos yendo solos a esa realización. Hemos de darnos cuenta, de descubrir, que siempre estamos conducidos de la mano; pero hemos de reconocer esta mano, hemos de sabernos acompañados, protegidos, guiados en todo momento. Y cuando en alguna fase de nuestro trabajo nos sintamos desorientados, desanimados, recordemos, si es posible, que incluso en ese momento estamos totalmente bajo la acción y dirección del único Sujeto de todo cuanto existe. Que nadie se sienta solo. Cuando uno se siente solo es simplemente porque ha soltado las ideas que tenía de los demás; es el mundo de las ideas que se va eliminando progresivamente: de la idea que tenemos de la compañía, de la idea que tenemos de ser útiles a los demás, de la idea que tenemos de ser necesarios, de la idea que tenemos de que los demás nos son necesarios. Son todas esas ideas que van cayendo en este proceso de autenticidad, hasta descubrir que no son los otros quienes nos hacen compañía, que no han sido nunca los otros los que nos han ayudado, sino que ha sido siempre el Único el que nos ha ayudado a través de los demás.

 

     Se trata de reconocer al verdadero protagonista de todo el proceso de nuestra existencia, al único protagonista que se ha expresado a través de nosotros jugando a la ignorancia, jugando a la búsqueda, jugando a la realización; que se ha expresado a través de los demás, jugando a ser piezas útiles en un momento dado o piezas obstructivas en otro momento, el mismo protagonista que ha estado organizando las situaciones, las circunstancias, tanto aquellas que hemos vivido como buenas y agradables, como las que hemos sentido como adversas.

 

     La eficacia de nuestro trabajo depende básicamente de esta docilidad, del reconocimiento a esta intuición, de esta fe, en el sentido correcto de la palabra, y del seguimiento de estas indicaciones, incluso en los momentos en los que nos parece que no hay salida, incluso en los momentos en los que nos parece que no existe la menor solución posible. Nunca hemos de medir el trabajo interior por el éxito o por el fracaso. Nunca hemos de aplicar los criterios de nuestra vida externa a lo que es trabajo y progreso interior. Cada vez que algo me obliga a eliminar una cosa que es extraña en mí, esto es un progreso; cada vez que yo descubro una zona nueva de mí, esto es un progreso.

 

     Por lo tanto, no proyectemos en nuestro interior las ideas de posesión y de enriquecimiento. Hemos de llegar a la identidad limpia de nosotros mismos como centro. Y sólo cuando lleguemos a esa desnudez, a esa simplicidad interior en nosotros, descubriremos al verdadero sujeto y recuperaremos entonces todas las demás cosas que habíamos ido dejando accidentalmente por el camino, reencontrándolas multiplicadas en todos los sentidos.

 

Antonio Blay Fontcuberta. “Caminos de Autorrealización”. Ediciones Cedel. 1982.

2 comentarios en “El trabajo de realización”

  1. Gracias por tu comentario, Emi. La vida es todo lo que tenemos y, en efecto, la única manera de VIVIR, en mayúsculas, es siendo protagonistas, presentes en nuestra conciencia.

    Desde aquí animo a todo el mundo a enviar sus comentarios.

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