El yo experiencia como referencia central del Trabajo

Porque la gente entiende que el potencial de inteligencia es que yo pienso, que el potencial de amor es que yo quiero y el potencial de energía es que yo hago. Y eso no es así, eso no es. Es decir, una cosa es que somos inteligencia, amor y energía. Eso lo es todo: todas las cosas son inteligencia, amor y energía. Este lápiz, la energía está estructurada de una forma con la finalidad de escribir, también está hecho de inteligencia, amor y energía. El único ente conocido por nosotros que está hecho de inteligencia, amor y energía y es capaz  de utilizarlo de forma consciente y voluntaria es el ser humano. 

     El potencial de inteligencia solo se actualiza, es decir, solo se hace acto, cuando investigamos algo que de entrada vemos que no comprendemos; cuando vemos que hay en nosotros una falta de conocimiento, una falta de entendimiento, la falta de comprensión de algo que nos afecta. 

     El potencial de amor solo lo actualizamos cuando amamos, como dice el evangelio, a nuestros enemigos; que es de sentido común. No estudiamos lo que ya sabemos, estudiamos algo que ignoramos. No amamos lo que ya nos complace, porque esto ya está. Amamos aquello que de entrada se nos presenta como injusto, como incómodo, como inadmisible, pero forma parte de nuestra realidad. Actualizamos el potencial de amor  procurando integrar las partes de nuestra realidad o las partes de nuestra conciencia que venimos rechazando.  

    Y  actualizamos el potencial de energía cuando superamos, cuando a base de esfuerzo conseguimos superar determinados obstáculos y limitaciones que se nos presentan en el desarrollo de nuestros planes o proyectos o en el transcurso de nuestra vida. 

     Simplemente en el momento en que hacemos el esfuerzo consciente para comprender, para amar y para esforzarnos, es cuando tomamos conciencia de esta capacidad. Y entonces deja de ser una teoría, deja de ser un axioma, deja de ser una frase de catecismo, porque tomamos conciencia de que somos una capacidad de ver, que la aplico yo en algo que en estos momentos no entiendo y a base de darle vueltas y de mirarlo por allí, mirarlo para allá, consultar esto, consultarlo de más allá, en un momento determinado se me hace la luz y digo ¡ah! esto es conciencia en la capacidad de ver. Lo mismo con el amor: siempre decimos que gracias a ciertas dificultades que en su momento sufrimos, que en aquel momento nos parecían muy injustas, gracias a aquello pudimos superar, gracias a aquello pudimos darnos cuenta. Luego entonces, a posteriori queremos aquellas dificultades y eso no nos impide además querer a las personas que nos produjeron las dificultades. Si estas personas que nos están proponiendo dificultades están aquí y ahora, cada día a nuestro lado, nos las encontramos cada día en la oficina, nos las encontramos cada día en el autobús o en casa, y por lo tanto forman parte de nuestra realidad, el ejercicio de comprenderlas, el ejercicio de interesarnos por ellas, el ejercicio de integrarlas en nuestra conciencia es lo que nos hace felices. Nos hace felices el actualizar la capacidad de amar, no que nos amen. Que nos amen nos gusta mucho y está muy bien, pero de la misma manera que la inteligencia nos la da nuestra capacidad de ver, la felicidad nos la va a dar nuestra capacidad de amar. Y la conciencia de poder personal, de poder interior, de fortaleza, de seguridad, nos la da el ejercicio de nuestra capacidad de hacer. 

     Y todo esto lo ponemos en práctica desde el yo experiencia, lo pongo en práctica yo como ser que tiene un cuerpo y una mente y que es consciente de unas capacidades, que el espíritu, que el ser esencial nos ha dado. Y es más, decimos cuando estamos conscientes de esto y después de haber hecho este ejercicio de equilibrar la personalidad a base de actualizar las capacidades que teníamos deficientes, vamos a hacer dos cosas: -Vamos a vivir procurando lo que Blay llamaba la actitud positiva: poner en la realidad. Poner luz, poner conciencia, poner solidaridad, poner realidad. Aportar la luz, el amor y la energía que soy para que la realidad sea más acorde con la esencia que se está queriendo expresar. Esta es la razón por la que existimos. Y es una lástima que hayamos perdido tanto tiempo dando vueltas miserablemente, metidos en el personaje. Cuanto más pronto podamos salir del personaje, cuando más pronto podamos salir del agujero, más pronto encontraremos el sentido que tiene la existencia y más pronto podemos vivir esta plenitud. 

-Y luego, además, vivir esta plenitud nos ha hecho conscientes de que aparte de tener un cuerpo y una mente que son capaces de vehicular esta inteligencia y este amor y esta energía que somos, aparte de esto, tomamos conciencia de que nosotros somos los artífices, los responsables de nuestros conocimientos, de nuestras relaciones, de nuestras habilidades, de nuestros hechos, de nuestra historia. Pero la inteligencia, el amor y la energía nos han sido dadas, no las hemos hecho nosotros. Y entonces, claro, la conciencia de ser esto y la conciencia de estar utilizando esto en la vida cotidiana, en la realidad cotidiana, nos lleva también de una forma natural a interesarnos por esta fuente. 

[…]

     Y entonces, viviendo en plenitud, viviendo a tope, viviendo esta conciencia, será cuando en vida, porque no hace falta esperar la muerte para experimentar eso, en vida tomaremos conciencia de que en nosotros hay algo que está por detrás, que no depende de cómo nos van las cosas, que no depende de nuestros éxitos, de nuestros fracasos, de nuestros proyectos, de nuestra historia. Algo que tiene una realidad per se, que es trascendente y por eso lo podremos trascender. Y todo este camino lo habremos caminado desde el nacimiento hasta la muerte, en este yo experiencia. En este yo experiencia que en determinados momentos se habrá visto entorpecido, se habrá visto oscurecido, se habrá vuelto a poner de relieve y al que habremos dedicado una gran atención para hacerlo una herramienta transparente al servicio de la esencia, para ser útiles a lo superior en esta vida que estamos viviendo, en esta vida en la que vivimos y existimos. Vivimos en la esencia y existimos en el yo experiencia.

Jordi Sapés de Lema. Parte de la conferencia dictada el día 08 de junio de 2024, en el “Aula Centenario“ titulada “El yo experiencia como referencia central del trabajo”. https://drive.google.com/file/d/1kRWUYCTkdf1DWvPYCJjq6SOXIfHmNvHZ/view?usp=drive_link

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