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Aprender a moverse en las manos del Señor, es como rendirte y entregarte a sus brazos sabiendo que este camino nuevo te llevara a vivir con plenitud. Plenitud de sentir y saber que estas donde tienes que estar, se necesita fe y también mucho coraje para compreder que la realidad que se nos presenta es la que necesitamos para desarrollar las capacidades que somos. Esto me parece que es un principio para aprender a moverte, entregada en las manos del Señor
Unas palabras para cerrar los comentarios a la primera frase:
Este es un viaje de ida y vuelta, procedemos de Dios y vamos a regresar a Dios, aunque está por ver si conscientes o no de lo que hemos vivido en esta existencia. En cualquier caso, los problemas y los obstáculos proceden también de su mano y son la manera que Él tiene de llamar nuestra atención. Así que suponiendo que nosotros no le prestemos atención, Él no deja de ocuparse de nosotros en ningún momento; por eso nos revuelve tantas veces como sea necesario.
Desde luego rendir nuestra pretensión de arreglarnos la vida por nuestra cuenta nos puede ahorrar muchos esfuerzos inútiles.
Ese sentimiento de carencia lo he tenido siempre, pienso que desde pequeñita y lo sigo teniendo aunque con menor virulencia. Desde pequeña anotaba mis vivencias, mis pensamientos en libretas. A partir de los 30 años empecé a leer libros denominados de la nueva era, pienso que los he leído todos . También he hecho cursos y cursos hasta que encontré a María, que estaba haciendo el Trabajo y a mi Pilarica y en ello estoy. Mi personaje, lo sabe nuestro querido Jordi, el paciente, se revela una y otra vez pero algo dentro de mí me dice que continúe. Y aquí sigo con vosotros familia. Un abrazo. Y no sé qué hago mal pero lo que escribo apenas si puedo leerlo, no sé dónde darle para aumentar las letras en el texto.
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