- Este debate tiene 37 respuestas, 7 mensajes y ha sido actualizado por última vez el hace 7 años, 3 meses por Jordi Sapés de Lema.
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- 11 de julio de 2015 a las 01:11 #1929RosaParticipante
Me ha emocionado profundamente leerlo. No se deja nada en el tintero, y lo expresa con contundencia y fuerza
13 de julio de 2015 a las 17:10 #1930Jordi Sapés de LemaSuperadministradorOtra reseña de El Pais, sobre el viaje del Papa:
En seis días de viaje por los tres países más pobres del Continente, Francisco ha roto (ese ha sido su empeño) con la imagen de una Iglesia romana que pierde fieles a borbotones en América Latina no porque haya otras iglesias cristianas que lo hagan mejor, sino por sus desaciertos en la conducción de asuntos medulares, por ejemplo, el haber aparecido aliada de los poderosos contra Gobiernos empeñados en erradicar la pobreza, además de por las actitudes de muchos obispos principescos y sacerdotes enriquecidos y alejados de la gente humilde. Francisco despachó el asunto con candorosa dureza ante una multitud de paraguayos: “Los voy a bendecir sin cobrar”.
Todo el viaje ha sido una sucesión de gestos y denuncias contra la pobreza y la injusticia social. En ningún momento se refirió a la Teología de Liberación (TL), que Juan Pablo II y Benedicto XVI condenaron con severidad, pero Francisco ha hablado estos días como si fuera uno de sus pastores. No por casualidad, el Vaticano acaba de espantar los obstáculos que durante décadas impidieron elevar a los altares al obispo/mártir Óscar Romero, uno de los símbolos de la TL, asesinado en El Salvador por orden de católicos en el poder, y parece reconocer ahora que fue este movimiento teológico y pastoral quien hizo crecer de manera espectacular en América a la Iglesia católica, hoy en retroceso también allí.
Todo el viaje ha sido una sucesión de gestos y denuncias contra la pobreza y la injusticia social
Francisco accedió al pontificado romano para poner remedio a la crisis de la achacosa Iglesia romana en Europa, “una viña devastada por jabalíes”, según palabras del papa emérito Benedicto XVI poco antes de dimitir. Los cardenales lo sustituyeron rápidamente por un cardenal que venía “del fin del mundo”. Así dijo Bergoglio de sí mismo. Han pasado más de dos años y el discurso de Francisco es radicalmente distinto al de sus predecesores: los pobres, la misericordia, comprensión del diferente y de la homosexualidad, mirada distinta hacia la mujer, intransigencia radical contra la pederastia entre eclesiásticos…Pero Francisco no ha hecho aún reformas, se ha limitado a crear una comisión de ocho cardenales para aconsejarse. Solo palabras. Pero, ¡qué palabras! “¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!”, dijo en su primer encuentro con periodistas, de regreso de su primer gran viaje, a Brasil. De gira otra vez al “fin del mundo” si se mira desde la ostentosa Ciudad del Vaticano, se ha dicho que Francisco torció el gesto cuando el presidente de Bolivia, Evo Morales, le puso en sus manos un crucifijo con la forma de la hoz y el martillo. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, jesuita como el Papa argentino, ha negado que el regalo disgustase a Francisco. Ambos son conscientes de lo chirriante que resulta en esta América doliente un pontífice romano hablando de los pobres cuando durante décadas el Vaticano execró y expulsó sin misericordia a los teólogos y pastores implicados en la liberación de los pobres. ¡Comunistas!”, sentenciaba Juan Pablo II y argumentó teológicamente su ‘policía de la fe’, el entonces cardenal Ratzinger, luego Benedicto XVI. “Si doy limosna a un pobre me llaman santo; si pregunto por qué hay tantos pobres me llaman comunista”, se defendía el arzobispo de Recibe (Brasil), Dom Hélder Cámara.
Francisco nunca simpatizó con los teólogos de la liberación. Hoy parece uno de ellos. “Los comunistas nos han robado la bandera. La bandera de los pobres es cristiana (…). Los comunistas dicen que todo esto (la pobreza) es algo comunista. Sí, claro, ¿cómo no?… Pero veinte siglos después (de la escritura del Evangelio). Cuando ellos hablan nosotros podríamos decirles: ¡Pero si sois cristianos!”, ha dicho. ¿Es peronismo (decir en cada sitio lo que uno cree que esperan oír)? ¿Estamos ante un cambio radical del pontificado, menos romano, más católico y cristiano? Queda camino.
23 de julio de 2015 a las 21:14 #1931AnónimoInvitadoTengo un amigo que siempre está repitiendo que lo que dice el actual Papa ya se había dicho mil veces. Yo le digo que es sorprendente y gratificante que lo diga él, que es el máximo representante de la Iglesia. A veces le cuento algunas de las acciones que sé que ha hecho el Papa, pero cuestan de asimilar, pues hay reticencias y reservas para dar y vender. Siempre es más sencillo una crítica y así no tengo que esforzarme en averiguar si es verdad que éste hombre predica con lo que dice. En averiguar qué acciones está llevando a cabo. La verdad es que ya sería hora de ir aparcando las etiquetas mentales, en éste caso la etiqueta de hipócrita que se le pone a la Iglesia. Pues bien que hemos conocido gente honesta y auténtica que verdaderamente desempeña una función en la Iglesia de manera vocacional, hasta el punto de darnos cuenta de lo necesario que es que éso suceda y que estén ahí.
24 de julio de 2015 a las 16:27 #1932lauraParticipanteYo admito que hay una parte de mí que sigue sin entender que sea necesario que el Papa diga ciertas cosas, y que se teme que la gente reaccione por inercia a lo que dice (que es lo mismo que no darse cuenta de nada).
Otra parte de mi se da cuenta de que actualmente tiene que haber referentes dado el sueño profundo generalizado. Hay una multitud seguidora de la Iglesia y ahora mismo los mensajes del Papa Francisco son valiosos. Son retransmitidos por televisión y prensa, y el contraste que existe entre ellos y el resto del noticiero es abismal; cordura en medio de la locura.28 de julio de 2015 a las 04:27 #1934Pilar MariaParticipanteYo tengo amigos en todos los bandos: desde los que dicen que mucho ruido y pocas nueces hasta los que están encantados con las nuevas olas de autenticidad que pueden hacer temblar a la curia vaticana. Lo único que tienen en común ambos bandos es una sola cosa: este Papa si sigue hablando acabará muerto. Supongo que a Francisco le da miedo la muerte como a cualquier otra persona, Jesús mismo el pobre se cagó de miedo al vislumbrar el desenlace; pero lo que admiro profundamente del uno y del otro es que no apagaron su voz pese al miedo. Me resultan curiosos muchos de los pasos que estoy conociendo tras las bambalinas y que Francisco está dando pero que poca gente sabe. Hace poco me enteré que una de mis superioras del convento había sido llamada a Roma, es una de esas monjas progres que no se sentía monja, ella quería ser sacerdote, como yo. Tuvimos muchas discusiones animadas en nuestros tiempos por buscar a más monjas que reivindicaran un papel más activo de las mujeres dentro de la Iglesia, pero el papa de entonces no era muy proclive a abrir el debate. No sé por qué sospecho que Nieves precisamente ha sido llamada a Roma para un capítulo general en el que seguramente hará sonar su voz como lo ha hecho desde hace más de 3 décadas. Es uno de los cambios que más me gustaría vivir dentro de la Iglesia. Pero los pasos de Francisco hacia los más pobres en todos los sentidos en los que uno puede ser pobre me emocionan. Hace poco fui a una conferencia que se daba sobre la eucaristía y pusieron las palabras que sobre el sacramento dijeron los anteriores papas, al llegar a las palabras de Francisco tuve que echarme a llorar: quien se acerca a la eucaristía no es porque sea mejor que los demás sino porque se reconoce «pecador» (desorientado) y busca la ayuda de Jesús echo carne». Por eso tiene sentido cuando decimos: «no soy digna de que entres en mi casa», no soy digna como persona desorientada y en el personaje para que entres en el templo de mi cuerpo y de mi alma, «pero una palabra tuya bastará para sanarme» una palabra que digas por mi me sanará y aliviará en mi desorientación. Y Jesús siempre está dispuesto a esa palabra porque es puro amor. No puedo decir nada más, a mí este papa me tiene enamorada, porque veo a Jesús en él.
28 de octubre de 2015 a las 23:35 #1954Jordi Sapés de LemaSuperadministradorEntrevista interesante en El Pais:
Jon O’Brien cree que la jerarquía católica está cada vez más alejada de sus fieles y de la realidad social. Sobre todo cuando se trata de derechos sexuales y reproductivos. Católico irlandés de 50 años y presidente de la organización estadounidense Catholics for Choice (Católicos por el derecho a decidir), O’Brien aboga por la laicidad del Estado y critica duramente al Vaticano por su trato a las mujeres y los homosexuales.
Pregunta. ¿Están enfrentando bien las jerarquías católicas el reto de adaptarse a la diversidad de los creyentes en las sociedades contemporáneas?
Respuesta. Hubo un gran teólogo que una vez dijo: “El catolicismo se define por la unidad y la diversidad”. En otras palabras, no hay una Iglesia monolítica. Cuando voy a misa los domingos y miro alrededor veo ahí mismo una pareja de gais que mantiene una relación desde hace tiempo, una pareja de lesbianas que han adoptado un niño; hay también una pareja que se ha divorciado y se ha vuelto a casar. Usamos anticonceptivos y muchas mujeres han tenido abortos. Esta es la realidad de la Iglesia católica en la actualidad. La Iglesia no es un edificio en un lugar de Roma o de Madrid. La iglesia somos las personas, y las personas tienen una sexualidad muy distinta de la que la jerarquía católica pone tanto énfasis.
P. ¿Sus doctrinas no se corresponden con la realidad?
“La iglesia somos las personas, y las personas tienen una sexualidad muy distinta de la que la jerarquía católica pone tanto énfasis”
R. Los dos últimos papados, el de Juan Pablo II y el de Benedicto, estuvieron muy centrados en la zona pélvica, en los genitales, en la adherencia a una norma. Pero si preguntas a los católicos de cualquier parte del mundo en qué creen, cómo se comportan, la respuesta es muy diferente de lo que hace la jerarquía católica, las élites. Creo que esa es la realidad de la Iglesia. Han fallado en que los católicos les sigamos. Y no representan a los católicos de verdad, se representan a sí mismos. Así que cuando los obispos ahora van al congreso en Estados Unidos, a la ONU, al Gobierno de España para convencerles de que conviertan su teología en ley no nos representan.P. ¿Está la jerarquía católica cada vez más lejos de la calle?
R. Representan una manera errónea de pensar. Y están obcecados en todo lo relacionado con los genitales y la zona pélvica. Pero hay varias razones por las que la jerarquía católica terminó con una ética sexual completamente fracasada. A veces tenían buenas intenciones, porque querían estar más cerca de Dios y tenían la idea de que aquellos que son célibes están más cerca de Dios. Pero el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. Creo que la realidad actual es que si no das a alguien un preservativo para prevenir el VIH estás obrando mal, si impides a las mujeres acceder a abortos seguros tendrán abortos inseguros y si frenas el acceso de las personas a la contracepción tendrán embarazos no deseados. Esa es la realidad. La realidad es que los matrimonios se terminan. La realidad es que hay personas que son gais y católicas, así que hay que tratar con la realidad. El mundo real nos dice que la visión de los obispos es realmente errónea y ciertamente los obispos tienen derecho a mantener su visión.
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P. Pese a los avances sociales y cada vez más voces como la suya entre los fieles, la Iglesia católica no ha variado su postura contra el aborto, la anticoncepción o sobre homosexualidad.R. La jerarquía es la única que mantiene esa idea del catolicismo, y pone demasiado énfasis en ella. Creo que la mayoría de los católicos hemos seguido adelante con nuestras vidas. Yo sigo yendo a misa los domingos, al igual que lo hacen las mujeres que han abortado y usan anticonceptivos. No nos sentimos culpables. Sabemos que, como buenos católicos, podemos tomar una decisión basada en nuestra conciencia. El mismo centro de la enseñanza católica nos dice no solo que sigamos nuestra conciencia sino que «debemos» seguir nuestra conciencia. Y creo que las personas que usan anticonceptivos, que han abortado, que son gais y lesbianas están siguiendo su conciencia. Es algo entre ellos y Dios. Creo que la Iglesia es así hoy, y cada vez más.
P. ¿Cómo deben ser las relaciones entre Iglesia y Estado?
R. Nuestros obispos en España, Portugal e Irlanda deben dejar de reunirse con los políticos para decirles qué leyes quieren que se promulguen. Es inapropiado. Los actores religiosos pueden tener sus opiniones pero creo en un Estado verdaderamente laico. El Estado laico no es antirreligión, es neutral, tiene las leyes más justas y equitativas, que dan una gran protección a las personas religiosas, porque no pone ninguna fe sobre la otra.
“Los actores religiosos pueden tener sus opiniones pero creo en un Estado verdaderamente laico”
P. ¿Cree que la jerarquía católica interviene demasiado en las políticas de Estado?R. Sí, no hay ninguna duda de ello. Esos hombres presionan a los políticos para transformar sus creencias en leyes, aunque ni siquiera los católicos las siguen. Y vemos esto en todo el mundo, una y otra vez: las barreras a la anticoncepción gratuita, la lucha contra el matrimonio gay, contra el derecho al aborto. Si nos fijamos en Polonia, en España o en Irlanda, la batalla contra la igualdad de derechos de los ciudadanos desgraciadamente está encabezada muy a menudo por la jerarquía de mi Iglesia. Y no es fácil, pero los católicos debemos reaccionar porque cuando ves a alguien obrando mal has de decirlo. Debemos levantarnos y decir que esa manera de comportarse de la jerarquía y de la Iglesia es errónea, y que cuando hablan no hablan por nosotros.
P. Hablemos del papa Francisco. Algunos lo han definido como un político
R. Bueno, creo que hay algo verdaderamente genuino en este papa. Y es que es mucho más pastoral que político, mientras otros papas han tratado de hacer que los Gobiernos hagan esto o lo otro, él se preocupa verdaderamente de la condición humana. Pone más el acento en el cuidado de las personas, para que se sientan bien, vayan a la iglesia y no se sientan excluidas. Y eso es algo de agradecer, porque hemos tenido con demasiada frecuencia una Iglesia católica política y no pastoral. Y con esto no pretendo hacer ver que el papa Francisco esté de acuerdo conmigo en estos asuntos, pero está dando más amor y cariño que sus predecesores. Él es argentino, pero no creo que el papa Francisco sea Che Guevara, no lo es; pero puede que sea más como Gorbachov cuando tenía algo que decir.
P. ¿Ha abierto un canal de comunicación y de cambio en la Iglesia?
R. Él introdujo la idea de que las personas debemos hablar sobre qué tipo de sociedad tenemos. Quién sabe si los obispos con el papa Francisco van a ser más valientes y van a admitir que hay cosas en la jerarquía católica que son injustas. Una de ellas es el comportamiento de la Iglesia con las mujeres, a las que no trata con la dignidad y respeto, ni como iguales a los hombres.
P. ¿Es esa desigualdad de género uno de los mayores problemas en la Iglesia?
R. Creo que si la Iglesia debe resolver una injusticia es esa. La idea de que una empresa, por ejemplo Apple, que diga que mañana no va a tener ninguna mujer en los puestos de dirección sería una locura para su negocio. O para cualquier institución. Y creo que es una locura también para la Iglesia. Excluir a las mujeres de la Iglesia no es inteligente. Así que cuando los obispos se reúnen y hablan sobre los problemas de la mujer, su salud, su vida y el papel de la mujer en la Iglesia, creo que su postura es la de la mitad de la Iglesia.
“Uno de los secretos peor guardados de la Iglesia católica es que una parte importante del clero es gay”
P. ¿Qué supone que un prelado haya declarado públicamente su homosexualidad y, además, tener pareja?R. Uno de los secretos peor guardados de la Iglesia católica es que una parte importante del clero es gay. Agradecería una visión mejor informada sobre la homosexualidad en mi Iglesia. Nosotros, los fieles también agradeceríamos más sinceridad sobre el divorcio, el casarse por segunda vez, las mujeres que han abortado, las parejas que usan anticonceptivos. Hay toda una serie de asuntos que se deben poner sobre la mesa para el debate. Con este error de no hablar del mundo real, los pecados de omisión de la jerarquía católica van más de un cura gay en el vaticano que no pudo soportar la hipocresía y mentiras. La lista llega al mismo corazón de las enseñanzas de las enseñanzas católicas en asuntos conectados a la zona pélvica. Necesitamos que se haga justicia social, no solo sacerdotes gais hablando de sacerdotes gais.
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27 de septiembre de 2017 a las 07:38 #2088Jordi Sapés de LemaSuperadministradorPublicado en El País:
La comunidad católica de Cataluña ha generado decenas de manifiestos en los últimos días condenando las acciones judiciales contra los miembros de la Generalitat investigados por la organización del 1-O y a favor de que se pueda celebrar un referéndum. Algunos específicamente partidarios de la votación y otros de la autodeterminación, se han posicionado en este sentido desde las más altas instancias de las diócesis, pasando por párrocos y entidades cristianas educativas. La Conferencia Episcopal Tarraconense, que reúne a los obispos catalanes, hizo pública el miércoles una nota pidiendo que, “en este momento de la historia de Cataluña”, “se respeten los derechos y las instituciones”.
Los obispos catalanes difundieron en mayo otro comunicado en el que señalaban que “conviene que sean escuchadas las legítimas aspiraciones del pueblo catalán, para que sea estimada y valorada su singularidad nacional”. La comisión permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) celebrará la semana que viene una reunión en la que “podría definirse una postura como institución”, si así se consensua y se considera pertinente, según fuentes de la CEE. La comisión está formada por 24 miembros, entre ellos el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, el arzobispo de Urgell, Joan Enric Vives, y el obispo de Tortosa, Enrique Benavent.
Ayer se hizo público un manifiesto firmado por 300 sacerdotes y diáconos (en las diez diócesis catalanas hay 2.190 sacerdotes y religiosos, según una estadística de la Conferencia Episcopal de enero de 2016) que llama a los católicos catalanes a votar el 1-O: “Ante la imposibilidad de pactar las condiciones para llevarlo a término de forma acordada, consideramos legítima y necesaria la realización de este referéndum”. Unas 30 instituciones cristianas catalanas también se han solidarizado esta semana con las protestas contra la detención de 14 cargos de la Generalitat y los registros en varias dependencias del Gobierno catalán.
El miércoles, el mismo día de la operación ordenada por el juez Ramírez Sunyer, 14 entidades católicas difundieron una carta en la que mostraban su “apoyo a las instituciones catalanas, y el rechazo a las últimas actuaciones del Estado español contra la democracia y el Estado de derecho”. Entre los firmantes se contaban la Escuela Pía de Cataluña —sección catalana de los escolapios—, la Congregación Vedruna y la Fundación Claret. Los claretianos también han defendido que, “de acuerdo con la doctrina social de la Iglesia, Cataluña tiene el derecho a decidir libremente su futuro”.
Los escolapios catalanes han condenado por su parte lo que consideran una acción “contra las instituciones catalanas” y contra “miembros de nuestro pueblo”. Además, han defendido la necesidad de que la ciudadanía se manifieste en contra de las acciones judiciales.
Los maristas y La Salle Cataluña coincidieron el jueves en pedir respeto para todas las opiniones políticas y que “la ciudadanía sea escuchada”. La Fundación Jesuitas Educación —vinculada a los centros educativos de la Compañía de Jesús— expresó “su desencanto ante la situación política que se vive en Cataluña con repetidos episodios que ponen en juego la libertad de expresión de todos los catalanes”. Los últimos en sumarse a la protesta fueron este viernes cinco monasterios femeninos benedictinos y cistercenses, que reclamaron la autodeterminación y condenaron «la vulneración de los derechos del gobierno y del pueblo catalán».27 de septiembre de 2017 a las 07:49 #2089Jordi Sapés de LemaSuperadministradorY en La Vanguardia:
A pesar de la apelación al “seny” y la llamada a evitar la confrontación realizada por el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, a menos de una semana para el 1 de octubre, la escalada de tensión continúa y arrastra incluso a los pastores de la Iglesia. El Gobierno español ha presentado una queja ante el Vaticano por el pronunciamiento a favor del referéndum de sacerdotes catalanes por considerar que vulnera el Código de Derecho Canónico, así como el espíritu de los acuerdos entre España y la Santa Sede de 1979. En respuesta, los mismos religiosos favorables al 1-O han enviado una carta al papa Francisco explicando las razones de su postura y pidiéndole que interceda para que la consulta pueda llevarse a cabo.
El malestar del Gobierno del PP llegó al límite el pasado viernes, cuando más de 400 sacerdotes y diáconos catalanes firmaron un manifiesto a favor de la celebración del referéndum de autodeterminación convocado por el Govern de la Generalitat y suspendido por el Tribunal Constitucional. En el escrito, invitan “a reflexionar sobre la importancia de los actuales acontecimientos y a votar en conciencia en ejercicio del derecho fundamental que tiene cualquier persona a expresar libremente sus posiciones”.
420 sacerdotes catalanes piden al Papa que interceda por el referéndum
Poco después de hacerse público dicho manifiesto, el embajador español ante la Santa Sede, Gerardo Bugallo, aprovechó una recepción en la embajada estadounidense en Roma para hacer entrega de una protesta al secretario de Estado vaticano, cardenal Pietro Parolin, según publica ABC, citando a fuentes diplomáticas. En dicha queja, según las mismas fuentes, el Gobierno español subraya que el comunicado “entra en contradicción con la conducta que se espera de unos sacerdotes católicos y vulnera el Código de Derecho Canónico, así como el espíritu de los acuerdos entre España y la Santa Sede de 1979”.
Al parecer, el Gobierno español habría informado al alto estamento religioso de que no se trata de un hecho aislado ya que los firmantes afirman actuar “en sintonía con los obispos catalanes”, que en mayo de este año ya indicaban en una encíclica que “conviene que sean escuchadas las legítimas aspiraciones del pueblo catalán”.
Y añaden que, en la misma línea, se han manifestado otros miembros de la Iglesia catalana. Sin ir más lejos, los abades de Monserrat y Poblet hicieron público un comunicado conjunto la semana pasada en el que defendían que “el derecho a la participación en la vida política y social tiene que estar garantizado, en un estado democrático”.
Con la protesta el Gobierno busca un pronunciamiento de la Santa Sede que refuerce su postura y desautorice el referéndum. No es la primera vez que el Gobierno que preside Mariano Rajoy pide ayuda al Vaticano en la defensa de la unidad de España. Ya en 2014, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, pidió a Parolin que aplacase a los obispos catalanes soberanistas.
En la homilía de ayer en Montserrat se llamó a “decir no a la represión y sí a la libertad”
Por su parte los firmantes de la declaración del pasado viernes, remitieron ayer una carta al papa Francisco en la que “fraternalmente” solicitan a su Santidad que “pida al Gobierno de España, públicamente o mediante vías diplomáticas, que revise su visceral oposición a este referéndum reclamado por el 80% de la población y cese sus actuaciones represivas, y así permita al Gobierno de Catalunya, legitimado por el Parlament, a proceder con garantías en la realización de esta consulta el próximo domingo 1 de octubre”.
A la espera del pronunciamiento de la Santa Sede, si es que acaba haciéndose público, la Conferencia Episcopal Española podría intervenir antes con respecto a esta cuestión. Su comisión permanente se reunirá mañana y el miércoles, y aunque la cuestión no está en el orden del día, podría discutirse. Dicha comisión está integrada por su presidente, Ricardo Blázquez, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, el secretario y portavoz, José María Gil Tamayo, y el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, cuya presencia tendrá especial relevancia.
Precisamente Omella, pidió ayer “sentido común” y “evitar la confrontación, la violencia y el menosprecio por los otros” en unos momentos que calificó de complejos en su homilía en la misa solemne con motivo de la festividad de la Mercè. En primera fila lo escuchaban el president Carles Puigdemont, el delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, el conseller de Interior, Joaquim Forn, y el inspector general del Ejército de Tierra, Fernando Aznar, entre otros.
Mientras tanto, el padre Sergi d’Assís Gelpí, en la homilía de la misa de Montserrat, llamó a “no mirar hacia otro lado” ante el “menosprecio de las instituciones catalanas”. “Debemos decir no a la represión, y sí a la libertad y al respeto de los derechos más fundamentales”, dijo, y sus palabras fueron acogidas con un sonoro aplauso de los presentes en la Basílica. - AutorEntradas
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