Las vivencias en el Trabajo me sorprenden. No hace mucho, percibí delante de mí, una materia casi imperceptible que estaba hecha de desagrado. Lo advertí claramente. Eso me conmovió porque ignoraba que ello permaneciera vigente, después de lo amorosa y acogedora que me sentía.
Me di cuenta que la energía del propósito que estaba trabajando: “llevar el Amor a la práctica”, operaba en el momento justo, para el cual ya estaba preparada en el proceso del propósito. No era un acontecimiento negativo sino muy al contrario, un acontecimiento de consciencia con el que me había hecho el obsequio de verlo el observador. Ello fue una puesta a punto, un aviso de la zona sin tiempo, para lo que había de sucederme.
Días más tarde, me percaté, de a qué situación había interpuesto desagrado. Entonces me pregunté qué justificaciones alimentaban aquel extraño material que me había hecho sentir tan incómoda. Advertí lo que había: juicio, disgusto y enfado. Examiné la situación como aquel que llama a la puerta de lo desconocido, y al cabo de pocos días de mantener el norte en esa dirección pero dejando que el mensaje aconteciera sin forzar, se me reveló lo que intentaba saber a través del fluir natural de otro acontecimiento. Entonces comprendí que las justificaciones no tenían un fundamento real. Fue todo muy vívido, inesperado y aleccionador, revelado con palabras claras y profundas por una persona que en aquel momento ejerció el rol de maestra.
Cuando se formula un propósito acorde con el necesario crecimiento interior, surge un campo dirigido por el espíritu que organiza el proceso de desarrollo de forma precisa y sabia, ofreciendo los elementos que propician sucesivos retos con sus oportunidades y dificultades. Las actitudes y acciones que se ejecutan, son devueltas por el entorno como espejo en el que a veces nos cuesta reconocernos. En esta situación corremos el riesgo de quedar atrapados. Lo más operativo es abordar sin resistencias la comprensión del mensaje que ha de trascender y transformar la conciencia.
He observado que lo que sucede tiene que ver con el propósito real y también con la omisión de él. Cuando tiene que ver con el propósito el acontecimiento aleccionador es más suave. Pero si tiene que ver con la omisión, el suceso es más dramático, más fuerte, sencillamente para sacudirnos, como las pesadillas de los sueños nos despiertan a la conciencia de vigilia. Siempre hay una guía en los sucesos que nos ayuda a ver dónde estamos y el por qué. No es fácil darse cuenta cuando uno está muy implicado en un asunto. A veces emociones intensas tapan los pensamientos y otras, pensamientos potentes anulan emociones y aspiran su energía vigorizando al pensamiento y justificándolo. Cuesta salirse de las coordenadas mentales subyacentes al pensamiento superficial. Se está identificado con ellas, porque se actúa de forma mecánica, o porque se quiere tener la razón. Lo primero es difícil de soltar porque no se ve, y lo segundo porque se encuentran muchas justificaciones para mantenerlo. Lo adecuado es ampliar la perspectiva para verlo todo a la vez: pensamiento, emoción y acción. Para ampliarla forzosamente nos hemos de alejar de la periferia e ir más al fondo. Y este ir más al fondo, es lo que nos devuelve a la realidad, al verla como un todo y encontrar el sentido de lo que acontece.
Si la verdad que buscamos, no se revela al instante, uno no puede apresurarse en verla, porque sería forzar una parte más objetiva de la mente que sólo se descubre en el punto de equilibrio o de encaje entre la fuerza de la determinación que ejercemos en el intento y la libertad de manifestación que conlleva su resolución. Si sostenemos la atención, y mantenemos la voluntad en la demanda de conocer la verdad, se podrá ir más allá del velo, los parapetos, la ofuscación, el miedo, al descubrir que no somos la forma que creíamos o que queríamos tener.
Aquí se experimenta, que la seguridad y la paz, no está en la forma sino en el Fondo.
Magnífico artículo de Rosa: de los que hacen época. Explica cómo va, ya no limpiando, sino puliendo su realidad cotidiana. Percibe los restos del personaje interfiriendo su visión, se pregunta por el motivo de que algo se le aparezca como negativo y constata como los niveles superiores responden a su interés y le suministran la información que busca en forma de nuevos episodios que la contienen: alentadores si iba en la buena dirección y molestos si caminaba en la contraria. Percibe así la bondad de la existencia de una forma experimental: viviéndola con profundidad.
Precioso y muy interesante artículo.
Destacaría el hecho que apuntas de que para entender y trascender una situación hay que ampliar la perspectiva para verlo todo a la vez: pensamiento, emoción y acción; es decir, movilizar todas nuestras capacidades.
Me ha gustado que, para ello, hayas ido indicando los procesos que has elaborando y que, a mi entender, se basan en tres puntos:
. Tener planteado un propósito, que sirva de objetivo y guía en todo momento en nuestra vida cotidiana.
. Practicar la observación sistemática, con atención continuada y plena, de los acontecimientos, considerando los sucesos que van apareciendo como una guía que te enseñan dónde estás y el porqué.
. Permitir una apertura constante para analizar, entender y asimilar todas las respuestas que se puedan ir recibiendo del entorno, nos gusten o no.
Gracias Rosa por compartir tu experiencia que hace hincapié en que la Verdad es independiente de la forma y que su conocimiento requiere determinación.
Bello artículo. Su belleza nos va llevando de manera sencilla hacia lo profundo. Hay que leerlo varias veces, pero es un puro pulir, como dice Jordi.
Me quedo con un consejo del final: «Si la verdad que buscamos, no se revela al instante, uno no puede apresurarse en verla». Porque a veces queremos que, gracias al Trabajo, todo aparezca claro y diáfano ¡ya!
Gracias
Este articulo está lleno de frases que es preciso leer y releer con calma, en concreto hay una que a mí me parece que tendríamos que colocar en la cabecera de nuestra cama cual crucifijo que se ponía antaño: “Cuando se formula un propósito acorde con el necesario crecimiento interior, surge un campo dirigido por el espíritu que organiza el proceso de desarrollo de forma precisa y sabia”
Muchas gracias Rosa, todo un placer leerte.
Gracias Rosa por compartir esta lucidez que tienes para vislumbrar la existencia: la observas, la comprendes y actúas desde el fondo.
Un placer de lectura!
Desde luego, el artículo emana la intensidad de alguien que vive la existencia cada vez más desde su realidad esencial. Una persona que es capaz de ir más allá y no quedarse únicamente en la desactivación del mecanismo, sino que avanza hacia la comprensión profunda de las situaciones que se le presentan.
Enhorabuena Rosa por el trabajo continuado de tantos años, que ha dado como fruto una persona sólida que ve y comprende la realidad desde el fondo. El artículo es un empuje para todos los que poco a poco vamos avanzando en la misma dirección que tú, así que no puedo hacer otra cosa que decirte gracias.
Gracias Rosa, sobre todo por ejemplificar tan bien los pasos del proceso, me ha sido muy útil.