
Las vivencias en el Trabajo me sorprenden. No hace mucho, percibí delante de mí, una materia casi imperceptible que estaba hecha de desagrado. Lo advertí claramente. Eso me conmovió porque ignoraba que ello permaneciera vigente, después de lo amorosa y acogedora que me sentía.
Me di cuenta que la energía del propósito que estaba trabajando: “llevar el Amor a la práctica”, operaba en el momento justo, para el cual ya estaba preparada en el proceso del propósito. No era un acontecimiento negativo sino muy al contrario, un acontecimiento de consciencia con el que me había hecho el obsequio de verlo el observador. Ello fue una puesta a punto, un aviso de la zona sin tiempo, para lo que había de sucederme.