Reconocimiento discriminativo
Todas las cosas pueden tener una realidad fuera de sí, pero si yo las percibo es porque se produce en mí el sentimiento, la respuesta, por la cual yo digo: sí, esto es así. Podemos intuir (ya que lo que ha de funcionar en este campo es la intuición), que el trabajo de realización del YO es el trabajo central de nuestra vida, lo único que tiene sentido, lo único que puede dar sentido, pero a condición de que distingamos claramente entre el yo de superficie –ese pequeño personaje que tiene unos nombres y unos apellidos, que hace de jefe, de padre, de lo que sea– y el verdadero Ser profundo, que es quien alimenta a este personaje, así como a todo lo demás. Cuando hablamos del YO con mayúsculas, nos referimos siempre a este Yo central.