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En aquellos momentos en los que la existencia aprieta y el personaje se apodera de la conciencia, pido la protección del poder superior del Ser, para que me ayude a darme cuenta que solo Él es, y todos los enemigos y dificultades del camino se convierten en aliados que me impulsan al reencuentro con Él. En silencio le doy gracias.
El señor de mi alabanza, es la tercera fuerza que llamaba Gurdjieff, en nomenclatura cristiana es el espiritu santo. Si la tenemos presente en la consciencia,quedo libre de mis enemigos, que son las ideas del personaje, dejo de querer ser porque ya soy, en ese instante despierto.
Cuando entro en contacto con el Señor, cuando lo invoco; desaparecen los enemigos que se inventa el personaje, pero también los apegos, pretensiones, vanidades y proyectos; que aun siendo positivos son los peores enemigos, pues van disfrazados de ovejas cuando en realidad son auténticos depredadores.
Siempre que tengo problemas, miedos, dudas etc he invocado a Dios, és algo que nace de dentro. Con las oraciones y alabanzas es un encuentro y sosiego. Los enemigos desaparecen porque en ése momento estas presente.
El Señor es el nivel de consciencia inmediatamente superior al que estamos instalados. Si lo invocamos y éste desciende en nosotros, las dificultades del nivel de consciencia inferior desaparecen porque ya no estamos en él.
Invoco al Señor de mi alabanza y
quedo libre de mis enemigos.Cuando llamas, hablas y te conectas con lo Superior te desprendes del ruido del personaje. Así que ya no hay nada que interrumpa esa conexión: caen los ángeles y demonios que te acarrea el personaje.
Invocar al Señor de mi alabanza, creo entender que es invocar al Dios que identificamos en todo cuando estamos despiertos, traer a la consciencia al Dios que se siente, no al que se piensa; e invocar al Señor es algo que deberíamos hacer automáticamente siempre que nos veamos presas del personaje,que las situaciones externas nos sobrepasen,que necesitemos luz y reconectarnos con lo que somos; y nos veremos libres de los enemigos del personaje, dejaremos de identificarnos con todo lo que no es real.
Cuando invoco al Señor de mi Alabanza, he vuelto conscientemente mis ojos y mi atención hacia lo Superior buscando algún tipo de comprensión o ayuda, y entonces, alejada de la identificación con lo que me rodea, siento que participo de su Presencia, de su Amor y de su Fuerza, que ..Yo Soy.
Quedo libre de mi enemigo porque en esta Conciencia, la situación cotidiana que antes podía causarme angustia o representar amenaza para mi personalidad, se convierte en algo en lo que puedo trabajar con las herramientas de que dispongo para intentar solventarla lo mejor que pueda, a la vez que confío porque Todo, con mi ayuda o sin ella, tiene un sentido que me trasciende.
Lo de invocar a Dios en momentos de penumbra es algo que hago con convicción e incluso recuerdo cómo en momentos difíciles lo he llamado para darme paz y ayuda. A pesar de todo lo expuesto me siento muy reticente ante la palabra Dios, que asocio a Iglesia , catecismo y rosario.
Cuando invoco al señor llamo a la conciencia y al llamarla me despierto del letargo, entonces caen por su propio peso todos los enemigos.
La conciencia la asocio con conectarme con mi interior. La llamada me la hago a mi misma para poder conectarme con el todo.Despertar es el gesto con el que solicito a la Inteligencia Absoluta que me haga su representante en la existencia, con el que pido ayuda en el sobreesfuerzo que me permite rebasar el límite de las capacidades desarrolladas y reconvertir así a los enemigos en oportunidades de crecimiento. Saludos.
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