El Sermón de la Montaña (2 y final)
Ante la complejidad de la personalidad, es necesario colocarse en los niveles superiores de conciencia y observar desde allí la existencia. Las cosas no se entienden de abajo arriba, sino de arriba abajo.
Ante la complejidad de la personalidad, es necesario colocarse en los niveles superiores de conciencia y observar desde allí la existencia. Las cosas no se entienden de abajo arriba, sino de arriba abajo.
Nacemos en el seno de un colectivo. Formamos parte de él vivimos para mirar el conflicto, ver lo que sucede y poner lo que somos para superar el desequilibrio. No hay buenos y malos.
El conflicto señala un desequilibrio que hay que atender. Y nosotros siempre nos situamos en el lado de los buenos.
Amor sin juicios. Los dos polos de la unidad: el todo y cada una de las partes.
En la primera parte de este artículo dijimos que el Yo Experiencia es el nivel de conciencia en el que uno vive la existencia como un estímulo constante y ejercita sus capacidades esenciales (energía como capacidad de hacer, amor como capacidad de amar e inteligencia como capacidad de ver) en todo momento y de forma consciente.
Lo habitual es que, por la educación en general y las tendencias familiares en particular hayamos ejercitado poco uno o dos de los tres centros, una o dos de nuestras capacidades. Pues ya de niños empezamos a pensar que en ciertos ámbitos de la realidad es mejor no meterse por que el ridículo personal está asegurado.
Nuestras capacidades esenciales. Parte II (Miquel Cazaña) Leer más »
Una de las aportaciones más importantes del trabajo de Blay se resume en la frase “somos un potencial infinito de energía, amor-felicidad e inteligencia”. Podríamos decir que esta es la frase que resume de forma más adecuada todo el magnífico legado de Blay. Esta afirmación se puede trasladar a todo cuanto hay si observamos la vida que nos rodea. A la energía, amor-felicidad e inteligencia tenemos que encontrarle un significado más profundo del que estamos acostumbrados para entender que estos atributos están por doquier en todo cuanto existe.