Nombre del autor:Imanol Cueto Mendo

Silencio y plenitud

Pero sobre todo tengo interés en que entendáis el sentido del silencio. El silencio es de una riqueza extraordinaria cuando se ve como el acto en que es posible una toma de conciencia de sí, más directa, más inmediata, más plena. Tanto es así, que podemos deducir el valor de lo que hace una persona en función del valor de su silencio. El valor de su silencio es el que da la medida de su conciencia de realidad; entonces, lo que haga, o como viva, será expresión de esta conciencia de realidad. Pero, por otro lado, no puede llegar al silencio si no vive una vida rica, plena, intensa, lúcida, consciente, responsable.

Silencio y plenitud Leer más »

El sentido de las dificultades

[caption id="attachment_1185" align="alignnone" width=""]Blay Abril 2020[/caption]

Siempre que en la vida nos encontramos con dificultades es porque hay algo que hacer. La dificultad es una situación concreta, real, que tiene un sentido, un sentido para nosotros, un significado personal. Y este significado es: que yo he de cambiar algo, o bien en relación con el exterior, o en relación con mi interior. O bien yo he de cambiar el ambiente, de circunstancias – he de tomar una decisión – o he de cambiar mi modo de ver o de sentir.

El sentido de las dificultades Leer más »

El amor profundo, formación total

[caption id="attachment_1170" align="alignnone" width=""]El amor profundo, formación total[/caption]

Del amor se ha hablado tanto y todos tenemos tantas experiencias del amor, que a cada uno de nosotros nos parece que sabemos qué es el amor y los demás no. Yo diría que lo más importante es aprender a distinguir cuándo el amor tiene un carácter superficial, aunque sea intenso, y cuándo tiene un carácter profundo. El amor no se puede medir por su intensidad, porque la intensidad depende sólo de la carga energética que lleve. Lo que da calidad al amor es su profundidad, o sea el centro desde el que procede.

El amor profundo, formación total Leer más »

Ausencia de progreso

Ésta es otra de las dificultades importantes. Uno practica, practica, y no experimenta nada en absoluto de lo que le han dicho. Pero con frecuencia esta falta de progreso es sólo aparente; en realidad, siempre que uno está tratando de trabajar, progresa, es inevitable. Sólo el hecho de que yo me esfuerce en hacer algo en contra de mis hábitos, en contra de mi rutina, eso sólo, está desarrollando esta capacidad reactiva.

Ausencia de progreso Leer más »

El amor supremo

Yo diría sin vacilar que nuestro amor fundamental es el amor a Dios. Pero puede ocurrir que a algunas personas la palabra Dios les evoque resonancias interiores poco agradables, más bien tristes, debido a asociaciones afectivas que les hacen relacionar esta palabra con épocas odiosas de su educación. Hablo aquí desde el punto de vista psicológico. No importa el nombre, sino entender bien el concepto. En lugar de amor de Dios podemos decir amor a la verdad absoluta, al ser o al valor supremo, amor a la inteligencia cósmica, etc. Lo importante es tener una idea clara, una intuición perfecta de este objetivo.

¿Para qué vivimos? ¿Cuál es, en definitiva, lo que nos atrae y empuja en la vida? Esto es lo que tenemos que ver con claridad. ¿No es cierto que todos aspiramos a un amor superior más aún, a un amor supremo, total, último, que no tenga vaivenes, que no dependa de nada, que se baste por completo a sí mismo, que sea absoluto, el único? ¿No existe en todos nosotros esta aspiración? Pues bien, lo único que llena esta aspiración es la realidad a la que damos el nombre de Dios, que ha de atraer de un modo decidido y claro nuestra afectividad.

El amor supremo Leer más »

Desarrollo del amor

Vemos de este modo que la inteligencia tiene su propio medio de desarrollo, pero que, al mismo tiempo, el desarrollo de la energía y la afectividad son dos pilares que ayudan también a que la inteligencia pueda funcionar mejor. Lo que hemos dicho hasta aquí son consignas operativas que de momento son suficientes.

No obstante, el problema que más frecuentemente se presenta en las personas es el problema de la inseguridad interior, de la tensión, de la angustia o de la soledad interior. Todo esto son diferentes aspectos de un único problema, que es el más común, el más general. Y este problema se resuelve trabajando no tan sólo el aspecto inteligencia, sino, paralelamente el aspecto energía y el aspecto amor.

Hablemos, pues, del aspecto amor.

Desarrollo del amor Leer más »

Somos instrumentos de lo superior

Dios es el nombre que damos a lo que para nosotros es la noción de lo más fabuloso. Es, pues, la meta última, o la parte nuestra, diríamos, no reconocida, o la máxima que podemos llegar a actualizar. Nuestro objetivo, pues, es ir a ello, actualizarlo y reconocernos en tanto que ello, allí. Luego ya veremos qué pasa. Pero sí os puedo decir que se producen nuevas visiones, nuevas expansiones de conciencia; y que este trabajo basta para satisfacer toda la existencia, plenamente, absolutamente. La conciencia superior ya es una actualidad total. La razón de la existencia personal reside en lograr que lo que está arriba se traslade abajo. Nosotros, como personalidades, somos los instrumentos de este traslado. Somos como los instrumentos de este «transformador» que hace que lo superior descienda a lo inferior, que el espíritu se encarne en la materia, y así nos conduzca a evolucionar, es decir, a que la vibración de baja frecuencia, ascienda.

Somos instrumentos de lo superior Leer más »

Una Segunda Educación

Alguien que finaliza los estudios y se dispone a abrirse camino en la sociedad, ha asimilado una gran cantidad de conocimientos sobre cuestiones muy específicas. Un/a médico sabrá mucho de ciencias de la salud; un/a agricultor/a sabrá mucho de agricultura y un/a mecánico/a sabrá mucho de mecánica. Esta formación recibida es, por descontado, necesaria y corresponde a una primera educación que ayuda a las personas a integrarse con éxito en el mundo laboral; no obstante, esta primera educación no siempre integra y contempla una serie de cuestiones esenciales para poder vivir de manera plena, independientemente de la orientación profesional que se escoja.

Cuando acabamos los estudios, sabemos quién es Napoleón, Platón y Luís XV, pero no sabemos quién somos nosotros. Sabemos latín, inglés y francés, pero no sabemos comunicarnos desde el corazón con los otros. Sabemos cómo aprobar un examen, pero no sabemos qué hacer con las emociones negativas que aparecen cuando suspendemos… Para resolver cuestiones tan fundamentales como estas nos hace falta una segunda educación.

Una Segunda Educación Leer más »

La mente concreta como filtro

El niño, cuando es muy pequeño, tiene una conciencia de realidad que, aunque difusa, se refleja en esa gracia, esa mirada que vemos en el niño, esa espontaneidad en el movimiento, esa cosa amable que tiene incluso todo animal joven. Ahora bien, luego empezamos a ponerle etiquetas a las cosas y eso es así porque necesitamos identificar cada cosa, para que se estructure la mente concreta y pueda manejarse en relación con el mundo concreto. Pero lo malo está en que luego nos quedamos metidos dentro de esta mente concreta; pues vemos que los mayores viven así, mentalmente estructurados en porciones, y es a ese mundo de la mente concreta al único que atribuyen la realidad.

Aunque de jóvenes conserváramos una resonancia de esa conciencia difusa infantil, pero amplia, sólo por el contagio de la gente adulta existe ya una inducción hacia esa mente concreta como algo exclusivo. Tendríamos que superar luego la fase de distinguir y separar, para poder llegar a la síntesis, a una abstracción profunda, completando el circuito completo del desarrollo que se ha quedado detenido a la mitad del camino.

La mente concreta como filtro Leer más »

Diferencia entre amar y complacer

Complacer, internamente hablando, es cuando tú haces algo para de algún modo obtener el beneplácito del otro. Entonces estás buscando aquello que le complace. El amor es algo que se es, ni tan solo es lo que se hace. Es lo que se es, es nuestra naturaleza y por tanto no tiene ningún objeto, meta ni fin, no tiene por fin complacer a nadie. A mí me encanta el ejemplo de sol. El sol no nos complace. No nos complace pero no nos complace, a eso me refiero, no lo hace desde la complacencia. Irradia la luz, es imprescindible y es extraordinario todo esto que supone. Es la vida pero no hay ningún espíritu de complacencia. Entonces, cuando ya hay alguien que quiere complacer a alguien ya estamos en una trama oscura porque hay un juego por ahí debajo que no es trigo limpio. Y, por tanto, como no es puro no es verdadero, traerá su inevitable contaminación y sufrimiento.

Diferencia entre amar y complacer Leer más »

Scroll al inicio