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  • en respuesta a: Película cuarto trimestre: El Séptimo Sello #1886
    Jordi Sapés de Lema
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    Conforme te adentras en la película, toda ella se convierte en un teatro de titiriteros que representan los diferentes enfoques que adopta la existencia.

    Seguramente en contra de la opinión de cuando la vi por vez primera, hace muchos años, el personaje que de entrada me parece más simpático es el del escudero, que no se cree nada y anda por el mundo aprovechando sus oportunidades de una forma abierta, sin subterfugios. Porque el noble que busca pruebas de la existencia de la divinidad, hace lo imposible por diferir la experiencia que le sacaría de toda duda: la muerte que sabe cierta por su educación filosófica. Mientras el escudero le resuelve los problemas materiales y le permite andar por ahí de buena persona, él utiliza el intelecto para intentar eludir sus propias conclusiones. Esto es lo que simboliza la partida de ajedrez en la que él mismo revela su estrategia al supuesto contrincante.

    Los demás personajes que aparecen son un soñador: cobarde y buena persona; un religioso: estafador y malvado; un comediante: embaucador y efímero; un herrero: violento y tonto; una mujer: lasciva y astuta y una bruja: cándida y engañada. Estos caracteres sobresalen en una masa que oscila entre la crueldad y la culpabilidad. El conjunto se resume en este Dies Irae que recorre el territorio.

    La muerte los iguala a todos, con excepción de la muchacha: madre, bella y abierta a cualquier situación; incluso a la muerte que recibe como un descanso, una liberación y un premio por una vida entregada. Por eso la muerte la respeta junto a los que ella incluye en su existencia.

    Desde luego, esta es una trascendencia real, no de ideas.

    en respuesta a: LA IGLESIA CATOLICA #1883
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    Se llama Glyzelle Palomar, es filipina y tiene 12 años, fue una niña de la calle y sus lágrimas y preguntas al papa Francisco inspiraron el discurso que el pontífice improvisó durante el encuentro con los jóvenes en la universidad de Santo Tomas de Manila.
    Glyzelle se presentó ante el papa acompañada de Jun Chura, otro exniño de la calle de 14 años, quien leyó un conmovedor testimonio sobre la vida de los pequeños filipinos abandonados y que afrontan abusos, drogas y prostitución.
    Ambos fueron salvados de la calle por la asociación Tulay Kabataan, la ONG que gestionaba la casa de acogida que visitó el papa el pasado jueves por sorpresa. Después tocó el turno a Glyzelle de hacer las preguntas al papa y mientras leía se echó a llorar.
    «Hay muchos niños abandonados por sus propios padres, muchos víctimas de muchas cosas terribles como las drogas o las prostitución. ¿Por qué Dios permite estas cosas, aunque no es culpa de los niños? y ¿Por qué tan poca gente nos viene a ayudar?», preguntó la niña entre lágrimas.
    Los dos niños se acercaron después a dar al pontífice un libro con fotografías y una pulsera de su asociación y entonces Francisco la acarició para consolarla y la niña se fundió con él en un fuerte abrazo.
    El testimonio de los dos niños y las lágrimas de Glyzelle fueron de inspiración al pontífice, que dejó de lado el discurso que tenía preparado y pidió permiso para improvisar en español.
    «Ella hoy ha hecho la única pregunta que no tiene respuesta y no le alcanzaron las palabras y tuvo que decirlas con lágrimas», dijo.
    «Cuando nos hagan la pregunta de por qué sufren los niños (…) que nuestra respuesta sea o el silencio o las palabras que nacen de las lágrimas», les dijo. E instó a los cerca 30.000 fieles que se reunieron en el campus de la universidad a «no tener miedo de llorar».
    Y después dirigiéndose a los chicos y chicas presentes les dijo: «Al mundo de hoy le falta llorar, lloran los marginados, lloran los que son dejados de lado, lloran los despreciados, pero aquellos que llevamos una vida más o menos sin necesidades no sabemos llorar».
    «Solo ciertas realidades de la vida se ven con los ojos limpiados por las lágrimas», afirmó. El papa finalizó su discurso pidiendo perdón por no haber leído el discurso, pero se justificó: «La realidad que me plantearon fue superior a lo que había preparado».

    en respuesta a: Re: NOTICIAS NACIONALES: EDUCAR PARA UNA SOCIEDAD MEJOR. #1881
    Jordi Sapés de Lema
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    Desde luego: bienvenido sea que se hable del sexo.
    El artículo tiene varias cosas interesantes, la primera es esta moda de depilarse el pubis que, según parece, procede de la pornografía. Es posible que esta sea la causa, aunque esto desplaza la pregunta a por qué se depilan las actrices o los actores pornográficos. Quizás sea por cuestiones técnicas, de higiene, pero si es porque resulta más excitante habrá que ver el motivo.
    A mí se me ocurre que los primeros escarceos sexuales se dan entre los 8 y los 10 años cuando se descubre de forma impactante que el cuerpo del sexo opuesto es distinto. Estos escarceos suelen ser reprimidos de inmediato por el entorno y puede que este impacto se recupere ante la visión de un pubis similar al que la mente recuerda.
    También es curiosa esta idea de que los jóvenes se creen que las relaciones sexuales son lo que visionan en estos films. Pues tienen suerte de tener un punto de referencia porque, lo que es los mayores, estábamos totalmente en la inopia.
    En cuanto al resto del artículo se advierte una tendencia a reducir el machismo a cuestiones sexuales, lo cual me recuerda la advertencia de Gurdjieff sobre que los problemas sexuales se generan como consecuencia de subordinar el centro sexual a otros centros (afectivo o motor) y también de que estos otros centros recurran al sexo para disimular sus déficits

    en respuesta a: EL PROBLEMA CATALÁN #1876
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    De momento no nos van a mandar el ejército, pero mirad las previsiones que hace un catedrático de la Complutense en El País:

    Uno de los autores más representativos del realismo jurídico escandinavo, el danés Alf Ross, publicó en 1952 una obra titulada ¿Por qué democracia? (Madrid, 1989) donde definía la democracia política, que conlleva un sentido jurídico, como una forma de gobierno en donde triunfa la idea de la mayoría frente a aquellas formas de gobierno donde se recurre a la violencia y triunfa el más fuerte. Esta contraposición explica que el jurista danés se planteara el problema del empleo de la fuerza en democracia. Señalando que el valor democrático más importante consiste en la discusión pacífica en lugar de la fuerza, Ross afirmaba que, a diferencia de la autocracia, la democracia sólo recurre a la fuerza para defenderse de ataques violentos. Otro gran filósofo de la política, el estadounidense John Rawls, publicó en 1971 su obra más conocida, Teoría de la justicia (México, D. F., 1979), donde reflexionaba sobre la tolerancia hacia los intolerantes. Después de plantearse si la justicia permite tratar con tolerancia al intolerante, Rawls llegaba a la conclusión de que los hombres pueden ponerse de acuerdo en el principio de igual libertad para todos. Pero, añadía, es posible que la libertad del intolerante se tenga que limitar para preservar la libertad bajo una Constitución justa.

    Estas reflexiones de dos grandes pensadores del siglo XX ayudan a situar los problemas jurídicos que pueden surgir si el Parlamento de Cataluña declarara la independencia de esta comunidad. Quizá pueda parecer alarmista o precipitada esta reflexión pero tras su conferencia del 25 de noviembre Mas, como escribía Vidal-Folch en este diario, ha atravesado el Rubicón. Ya sólo piensa en unas elecciones no partidistas en las que si triunfa, su Gobierno comunicaría al español y a la Unión Europea la intención de constituir un Estado independiente y prepararía “estructuras de Estado” para celebrar después elecciones constituyentes proclamando la independencia. Todo ello conforme al documento El proceso constituyente elaborado por el Consejo Asesor para la Transición Nacional donde se explica cómo constituir un Estado independiente en un escenario de no colaboración con el Estado español, mediante una declaración del Parlamento autonómico.

    La conferencia revela que Mas “va en serio” a pesar de que su independentismo sólo es apoyado, en el mejor de los casos, por un tercio de los electores catalanes. Habrá que esperar a ver los resultados de las candidaturas apartidistas pero los independentistas están mejor organizados y más motivados que los no independentistas y el primer partido no independentista del actual Parlamento, el PSC, no puede, con su doble lenguaje, constituir un referente rotundo frente a Mas. En todo caso, la posibilidad de un triunfo electoral de las candidaturas independentistas está ahí y hay que afrontarla. Es posible incluso que, con la astucia que pregona Mas, ni siquiera haya una declaración parlamentaria de independencia para que no pueda recurrirse ante el Tribunal Constitucional.

    Mas “va en serio” a pesar de que su plan sólo es apoyado por un tercio
    de los electores catalanes
    Antes de avanzar conviene decir que el Estado está legitimado para actuar ante acciones más o menos formalizadas que comportan de facto la declaración de independencia de una comunidad autónoma. Desde un punto de vista filosófico, como decía Ross, si la democracia puede recurrir a la fuerza para defenderse de ataques, a fortiori podrá dictar normas y aplicar actos jurídicos que ni siquiera conllevan violencia física para impedir que se consoliden las “estructuras de Estado”. Y desde el punto de vista del Derecho positivo, la Constitución ha previsto mecanismos para hacer frente a situaciones excepcionales (artículos 117 y 155), además de las previsiones del Código Penal.

    ¿Qué hacer el día de la declaración de independencia o el día en que, sin esa declaración, el Gobierno catalán se dirija al Gobierno de la Nación y a los órganos comunitarios expresando su intención de constituir el nuevo Estado? La declaración parlamentaria de independencia es un acto jurídico que, por sí solo, posee una densidad jurídica limitada y bastará con su impugnación ante el Tribunal Constitucional para suspenderla. Pero, con declaración parlamentaria o con una mera comunicación, Mas intentará crear estructuras de Estado, y es ahí donde se debe intervenir.

    Habrá quien piense que son las Fuerzas Armadas las que deben intervenir. Hasta hace pocas semanas, parecía que esa opción era impensable, dada la conciencia democrática y la apoliticidad de las actuales Fuerzas Armadas. Pero las palabras de ciertos generales obligan a ponerse en guardia. Los Gobiernos conservadores, a diferencia de los Gobiernos socialistas, simpatizan con un cierto nivel de autonomía de las Fuerzas Armadas y en ese caldo de cultivo pueden surgir ideas y debates sobre una eventual intervención militar en una Cataluña declarada independiente. Mejor olvidarlo. En primer lugar, porque una intervención militar provocaría muy posiblemente una reacción violenta, por minoritaria que fuese. En segundo lugar, porque la historia demuestra que cuando un Estado se pone bajo de la protección de los ejércitos, es difícil liberarse de esa tutela.

    Pero excluir rotundamente una intervención militar no quiere decir que el Estado democrático se cruce de brazos. Como dice el documento El proceso constituyente, la declaración de independencia ha de ir acompañada de la “desconexión del sistema institucional y jurídico español”. Ahí, sin acuerdo con el Estado, ya tendríamos un delito de rebelión si no le faltara el requisito de la violencia (artículo 472.5º del Código Penal), pero el hecho de que no encaje en el tipo penal no significa que el Estado deba contemplar pasivamente la situación.

    Las Fuerzas de Seguridad de la comunidad no pueden ser utilizadas como fuerza premilitar
    Si el Gobierno catalán actúa, habrá que impedir que organice esas estructuras estatales que tanto gustan a los independentistas. Las Fuerzas de Seguridad de la comunidad autónoma no pueden ser utilizadas como fuerza premilitar y habrá que ponerlas bajo la dependencia del Delegado del Gobierno. La Hacienda autonómica no debe financiar la Administración rebelde. Igualmente, las entidades locales no deben ser la red periférica del proto-Estado. Además, entre las competencias atribuidas a Cataluña por su Estatuto de Autonomía, encontramos algunas (cajas de ahorro, protección civil, infraestructuras de transporte y comunicaciones, mercados de valores, sistema penitenciario, etcétera) que pueden consolidar el nuevo Estado. El Gobierno tiene instrumentos constitucionales para reaccionar respetando la autonomía catalana pues los ciudadanos catalanes no deben ser castigados por las aventuras desestabilizadoras de una minoría intolerante. Tales instrumentos son la legislación propia del Estado en materia de Fuerzas de Seguridad, Hacienda y régimen local más los artículos 150.3 y 155 de la Constitución.

    El artículo 150.3 prevé que el Estado podrá dictar leyes de armonización de la normativa autonómica cuando lo exija el interés general. Es un precepto que sólo se aplicó una vez, con la LOAPA de 1982, declarada inconstitucional por la sentencia 76/1983, de 5 de agosto. Desde entonces la jurisprudencia y la doctrina han sido escasas. Como son leyes excepcionales, aparece la duda de si podrían dictarse para una sola comunidad autónoma. A mi juicio, si la ley definiera el interés general de hacer frente a la independencia de una comunidad autónoma, sólo se aplicaría en el ámbito espacial donde se dé ese supuesto de hecho. La segunda posibilidad es el artículo 155. Es un precepto inaplicado que permite al Gobierno, previa aprobación del Senado, adoptar las medidas necesarias cuando una comunidad autónoma incumpla sus obligaciones. Tiene una ventaja sobre las leyes armonizadoras: que con un solo acto jurídico se podrían adoptar todas las medidas necesarias. Finalmente, no vendría mal replantearse el artículo 472.5º del Código Penal, pues el desafío de Mas nos muestra que se puede intentar declarar la independencia en parte del territorio nacional sin alzarse violentamente.

    Todo esto no impide negociar con Mas y con el PSOE para llegar a una reforma constitucional y estatutaria que frene el independentismo minoritario. Pero ya dijo Maquiavelo que Moisés, Ciro, Teseo y Rómulo no habrían podido hacer guardar mucho tiempo sus constituciones si hubiesen estado desarmados, como lo estaba Savanarola (El Príncipe, VI). Con el derecho la democracia se arma ante los Savanarolas.

    Javier García Fernández es catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense de Madrid.

    en respuesta a: LA IGLESIA CATOLICA #1873
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    El Papa Francisco ha exhortado hoy a los eurodiputados a «trabajar para que Europa redescubra su alma buena», para «favorecer las políticas y de empleo» y, sobre todo, para «volver a darle dignidad al mismo». El Pontífice cree que «ha llegado la hora de construir juntos una Europa que no gire en torno a la economía», pues, ahora, percibe una UE con «estilos de vista un tanto egoístas, caracterizados por una opulencia insostenible y a menudo indiferente respecto al mundo circundante y, sobre todo, a los más pobres».
    Pero sobre todo, ha denunciado, la muerte de cientos de emigrantes de África en las costas europeas. «No se puede tolerar que el Mediterráneo se convierta en un gran cementerio», ha denunciado.»En las barcazas que llegan cotidianamente a las costas europeas hay hombres y mujeres que necesitan acogida y ayuda. La ausencia de un apoyo recíproco dentro de la UE corre el riesgo de incentivar soluciones particularistas del problema, que no tienen en cuenta la dignidad humana de los inmigrantes, favoreciendo el trabajo esclavo y las continuas tensiones sociales».
    Para impedirlo ha instado a los legisladores a «actuar sobre las causas y no solamente sobre los efectos» y a «adoptar políticas correctas, valientes y concretas» que ayuden a los países de origen «en su desarrollo sociopolítico y a la superación de los conflictos internos»; en lugar de «políticas de interés, que aumentan y alimentan» esos conflictos». Un durísimo mensaje a los estados miembros y sus representantes.

    En un discurso de claro corte social y económico, Francisco, de visita en Estrasburgo 26 años después de que Juan Pablo II hablara desde el mismo lugar y desde el mismo atril, ha apelado a los políticos a trabajar por una Europa más fuerte, más unida y menos individualista. Una Europa que recupere los valores perdidos, pues, según ha afirmado, «los grandes ideales que la inspiraron parecen haber perdido fuerza de atracción en favor de los tecnicismos burocráticos de sus instituciones».
    Francisco ha advertido que «una Unión más amplia y más influyente parece ir acompañada de la imagen de una Europa un poco envejecida y reducida, que tiende a sentirse menos protagonista». Y ha recomendado que se centre menos en la economía y la «opulencia» y más en los derechos humanos, la dignidad y el respeto a la naturaleza.
    El Papa ha dicho que «es hora de favorecer las políticas de empleo» y «de volver a darle dignidad». Que no se puede seguir como hasta ahora cuando las personas «pueden ser desechadas cuando ya no sirven, por ser débiles, enfermos o ancianos». Por ello ha reivindicado la dignidad de los trabajadores y la necesidad de devolverles la confianza y el respeto

    Su alocución ha sido contundente y dura con los políticos, o mejor dicho, su pasividad. «No se puede tolerar que millones de personas mueran de hambre mientras toneladas de alimentos se desechan cada día en nuestras mesas», les ha dicho sin rodeos desde el corazón de las instituciones comunitarias.
    El Papa ha lamentado que «existe hoy la tendencia hacia una reivindicación siempre más amplia de los derechos individuales que esconde una concepción de persona humana desligada de todo contexto social y antropológico, como una ‘mónada’ cada vez más insensible a las otras mónadas de su alrededor». Y ha lamentado también que «parece que el concepto de derecho ya no se asocia al de deber, igualmente esencial y complementario».
    Todo ello lleva, según ha afirmado el Pontífice, a que «una de las enfermedades más extendidas hoy en Europa sea la de la soledad», que se ve «particularmente en los ancianos, a menudo abandonados a su destino, como también los jóvenes sin puntos de referencia y oportunidades para el futuro», así como en los numerosos pobres que pueblan nuestras ciudades y en los ojos perdidos de los inmigrantes que han venido en busca de un futuro mejor».
    Francisco ha atacado de lleno a la falta de valores que parece presidir la UE. Con una soledad que «se ha agudizado por la crisis económica», cuyos efectos perduran todavía con consecuencias dramáticas desde el punto de vista social.

    en respuesta a: Re: NOTICIA NACIONALES: ¿SE ACABARÁ LA CRISIS? #1871
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    Yo ya estoy cobrando a 7 euros la hora,¿quién cobra a 23?

    en respuesta a: EL PROBLEMA CATALÁN #1867
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    Hace tiempo que no escribo sobre el “problema catalán” porque no había nada nuevo que decir. Pero la semana pasada sucedió algo muy importante: dos millones trescientas mil personas decidieron desobedecer la prohibición de votar. Y no eran radicales, era gente normal, familias enteras, desde los abuelos a los nietos, fueron a votar con una sensación de libertad inaudita.
    Los votos a favor de la independencia no serían suficientes en un referéndum legal al que acudiera el censo electoral al completo, pero el gobierno y el PP ya se encargan de ir incrementando el número de independentistas, es cuestión de tiempo. No es de eso que quiero hablar aquí, sino del fenómeno que representa el hecho de que un número tan grande de personas hayan decidido desobedecer la ley.
    Porque en el momento en que la gente hace caso omiso de la ley, la ley deja de ser ley para aparecer como lo que realmente es: una arbitrariedad. En la constitución española no hay nada que imposibilite que los catalanes, o los canarios, hagan un referéndum; simplemente exige que el gobierno lo autorice. Y para hacer una consulta, ni tan solo es necesaria esta autorización; pero por desgracia hay un partido con mayoría absoluta en el parlamento que ha confundido su voluntad con la ley; y esta es la respuesta de un sector consciente de la población catalana.
    Personalmente yo preferiría que la secesión no se llegara a producir, pero me siento orgulloso de pertenecer a un pueblo con un porcentaje tan alto de personas dispuestas a plantar cara al atropello. Y además, el hecho de prescindir de la ley ha permitido mejorarla porque se ha llamado a votar a los mayores de 16 años y a los inmigrantes. Ha sido una gozada ver votar a los subsaharianos y a las mujeres marroquíes vestidas con el hiyab; seguramente que esto les ha borrado el recuerdo de haber sido tachados de ilegales.
    Lo que ha ocurrido en Cataluña, a cuenta del problema catalán, es una muestra de algo que sucederá cada vez más en otros ámbitos y en relación a otras cuestiones: la gente se va rebelar, de una forma masiva, contra la injusticia y la arbitrariedad presentados en forma de ley que han decidido unos gobernantes al servicio de intereses que nada tienen que ver con los de la población. Siguiendo la política que impone la Unión Europea, estamos desmontando hospitales y escuelas para pagar los intereses de la deuda pública, mientras que el presidente de la Comisión Europea ha negociado con 370 multinacionales para que prácticamente no paguen impuestos.
    Y resulta que lo ha hecho de manera legal. Bueno pues si la legalidad va por aquí, el pueblo consciente deberá decidir su propio camino.

    en respuesta a: Pelicula tercer trimestre Dersu Uzala #1862
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    Bueno, pero la decisión que toma el chino de regresar a su tierra natal justifica su pérdida temporal de conciencia de la realidad inmediata. De hecho está meditando y está en un nivel que no le permite manejar la taza. Se le cae por una necesidad excesiva de agradecer que se la ofrezcan.

    Hay otra cuestión parecida que viene a cuento comentar y es el hecho de que Dersú, en la práctica, sólo habla con el capitán. Para él el capitán es el único interlocutor, los soldados como si no estuvieran; y si les dirige la palabra es para reprenderlos. Digo que viene a cuento porque la conciencia del cazador no se puede desparramar en todo y elige atender lo fundamental, aquello que resume y representa el conjunto.

    en respuesta a: LA IGLESIA CATOLICA #1856
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    No los conozco mucho. Sólo se que eran los que esperaban colocar una Papa suyo en el último cónclave y se vieron defraudados por la elección de Bergoglio.

    en respuesta a: MÚSICA CLASICA #1853
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    Puedes aunque es posible que algunos lo consideren un poco difícil.

    La obra a la que te refieres es el Adagio de la Octava Sinfonía de Anton Brückner, en versión de la Orquesta Filarmónica de Munich dirigida por Sergiu Celibidache.

    Si te interesa la puedes encontraren Amazon.

    en respuesta a: LA IGLESIA CATOLICA #1852
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    De nada, pero he reproducido un artículo de El Pais. Debería haberlo dicho. aunque tampoco explica nada que yo no supiera. El cardenal Cañizares es un hombre de la vieja guardia difícil de ubicar: En el Vaticano se lo querían sacar de encima y él quería volver a España para ocupar el puesto de Rouco y le dijeron que no; después pidió Barcelona, nos llevamos un susto, pero le dijeron que tampoco;y al final se ha conformado con Valencia.
    En cuanto a lo que preguntas es muy posible. Es curioso pero hay muchos católicos que tienen a bien carecer de criterio personal; lo cual les permite estar de acuerdo con lo que piensa el Papa que está en activo aunque se de de patadas con lo que decía el anterior. Que tampoco es así porque el que realmente pensaba al revés del actual era Juan Pablo II.
    De todas maneras, el Opus actualmente es de centro, la derecha son los Legionarios de Cristo Rey y los Neocatecumenales.

    en respuesta a: Pelicula tercer trimestre Dersu Uzala #1847
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    A mi entender la película empieza con un epitafio: se han cortado todos los árboles para hacer un campamento y esto impide al capitán localizar la tumba de Dersu.
    Esta es una muestra de cómo hemos interpretado el encargo divino de crecer, multiplicarnos y dominar a Tierra: no hemos comprendido nada y la estamos destruyendo.
    La supuesta cultura de la gente educada sólo sirve para reírse de un cazador que tiene un conocimiento real de las cosas porque es consciente de depender de ellas: una persona que conoce la importancia de los elementos, del sol y de la luna.
    A veces pienso que los antiguos que adoraban al sol eran mucho mas conscientes de lo Superior de lo que somos nosotros.

    en respuesta a: LA IGLESIA CATOLICA #1846
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    En agosto, como las noticias intrascendentes, el Vaticano anuncia el fin de la era Rouco en el catolicismo español, ahora como arzobispo de Madrid. También cierra su liderazgo en la Conferencia Episcopal, donde permanecía en el poderoso comité ejecutivo. La jubilación del cardenal se produce ocho días después de su 78 cumpleaños. Francisco se ha tomado tiempo. Incluso ha sorprendido a Rouco, con motivos, según sus fieles, para irritarse ante una decisión maquinada a sus espaldas. Lo dejó claro cuando hace quince días el embajador del Papa en España, el arzobispo Fratini, lo llamó a la nunciatura para decirle la fecha exacta en que dejaba de ser el pontífice de Madrid.

    A Rouco le ha molestado también el procedimiento, convencido de que su hoja de servicios a la Iglesia romana merecía que hubiese sido el Papa en persona el mensajero del retiro. Para colmo, el plácet que los llamados Acuerdos entre el Estado vaticano y España (uno de 1976 y cuatro de 1979) exigen del Gobierno para este tipo de procesos lo ha gestionado Rajoy, cuya animadversión por Rouco (y de éste por aquel) es un clamor, por agravios de la extremista política informativa en los medios de comunicación promovidos por el cardenal. La revancha del presidente parece infantil pero apuntó donde más ha dolido: el Ejecutivo recibió la concordataria comunicación de la Santa Sede, se tomó con cachaza la decisión de responder y se cuidó, sobre todo, de que nadie filtrase al cardenal ni la noticia de la consulta, ni, por supuesto, el nombre del prelado para el cual se solicitaba el plácet. Ningún mérito, por cierto: el propio Acuerdo, con rango de tratado internacional, es quien exige que “las diligencias correspondientes se mantendrán en secreto por ambas Partes” (último párrafo del artículo 1.2).

    El elegido por Roma, el cántabro Osoro, también supone una afrenta para Rouco. No es que Osoro sea un verso suelto en el episcopado, ni que esté enemistado con el cardenal, como ocurre con el cardenal Cañizares. No, qué va. Pero Rouco, que a tantos sacerdotes ha promovido al episcopado en las últimas décadas, tenía sus propios candidatos para sucederle, sobradamente anunciados: los arzobispos de Sevilla y Toledo, Asenjo y Rodríguez, o su auxiliar en Madrid, Herráez.

    Francisco ni siquiera le ha escuchado. El Papa que tantas cosas parece querer cambiar ha elegido como piloto de su primavera en España a un obispo sin aristas, sencillo, familiar y optimista, nada partidario de predicar apocalipsis, ni de execraciones totalitarias –uno de los pocos pastores que “huelen a oveja”, según la curiosa metáfora del Papa argentino. Enfrente, Rouco y la mayoría episcopal siguen anclados en el no a casi todo, en la condena y en un pesimismo ontológico que les lleva a creer que en la antaño reserva espiritual de Occidente la Iglesia romana vive una situación martirial, acosada por laicistas y perseguida por anticlericales, como antes del golpe nacionalcatólico de 1936. Así lo cree y así lo proclama en público. En consonancia con ese alarmismo arzobispal, un sacerdote de la parroquia de los Jerónimos en Madrid predicó el pasado 18 de julio, aniversario del comienzo de la Guerra Civil, sobre la urgencia de una nueva cruzada salvadora, militar por supuesto. Rouco, su jefe, ni se inmutó ante semejante barbaridad. Como suele decirse, si el prior se va de juerga, qué no hará la comunidad.

    Así que Francisco escoge a Osoro para que vaya sembrando una primavera eclesial que se le resiste en España, con Rouco como principal valladar. Tiene 69 años y es sacerdote desde los 28. Fue, por tanto, una vocación tardía. No es un dato intrascendente el que antes de cursar Teología en la Pontificia de Salamanca pisara el mundanal ruido como estudiante de Magisterio, Pedagogía y Matemáticas. Hoy parecería obsceno encerrar a los futuros curas en sombríos seminarios (para) menores poco después de la primera comunión, a los nueve años, pero era lo habitual en el recio nacionalcatolicismo en que se formaron los obispos actuales, en su mayoría por encima de los 70 años de edad. Quizás por eso (y porque cuando eran jóvenes curas rurales la autoridad les llenaba las iglesias llevándoles a los fieles formados e, incluso, uniformados), llevan años sosteniendo que el catolicismo sufre en España una profunda crisis. Roma les ha tomado la palabra y, pues hay derrumbe del sistema, ha de haber cambios en las jerarquías que lo provocaron.

    Con el nombramiento de Osoro, que más pronto que tarde será hecho cardenal por Francisco, se espantan los obstáculos que impedían el regreso a España del cardenal Antonio Cañizares. Quería la sede de Madrid pero se conformará con la de Valencia. Nombrado prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos por Benedicto XVI en 2008, seguía siendo ministro con Francisco. Nunca se encontró a gusto en la Curia vaticana. Antes, en España, había sido un duro, como Rouco, incluso más deslenguado –tiene dicho que el abuso sexual de menores por clérigos es menos grave que la despenalización del aborto voluntario. Pero vuelve domesticado. Así lo cree Francisco, que se ha tomado también su tiempo antes de sacar de Roma a quien ya fue arzobispo de Toledo y Primado de España.

    en respuesta a: LA IGLESIA CATOLICA #1844
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    Se sabía que el papa Francisco no es muy amigo de los teólogos y sacerdotes de la liberación, tachados tantas veces de comunistas, pero está dando pasos inequívocos de querer rehabilitarlos o, al menos, de librarles de pasadas execraciones o excomuniones. Se nota que convivió con muchos de ellos en su Argentina natal, cuando era el general de los Jesuitas y vivió la experiencia de que su propia congregación era el gran vivero de esa corriente teológica y pastoral en toda Latinoamérica. Algunos sacerdotes que estaban bajo su mando sufrieron entonces la brutal persecución de la dictadura militar, con secuestros, torturas e incluso muertes.
    Radio Vaticano ha dado noticia, este lunes, de un nuevo episodio de comprensión o, al menos, de misericordia hacia uno de los teólogos castigados. Se trata del sacerdote y ex ministro de Exteriores de Nicaragua Miguel d’Escoto, de 81 años. Suspendido en 1984 ‘a divinis’ sin contemplaciones por Juan Pablo II, Francisco ha ordenado ahora que se le levante el castigo, es decir, podrá volver a tener trabajo pastoral, sobre todo la celebración de la Eucaristía y la confesión de fieles
    D’Escoto pertenece a la Congregación misionera Maryknoll y escribió la primavera pasada una carta al Papa para expresarle su deseo de volver a celebrar la Eucaristía “antes de morir”. El pontífice argentino no ha tardado en contestar. Además de aceptar la revocación de la “suspensión a divinis”, ha pedido al superior general de la congregación que inicie cuanto antes el proceso de reintegración del sacerdote nicaragüense, informa la agencia EFE.
    Miguel D’Escoto Brockmann nació el 5 de febrero de 1933 en Los Ángeles (EEUU). Ordenado sacerdote en Nueva York en 1961, pronto se convirtió en uno de los exponentes de la teología de la liberación. Su colaboración con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) comenzó en 1975 a través del Comité de Solidaridad en los Estados Unidos. Tras el triunfo de la revolución sandinista, fue llamado por la Junta de Reconstrucción Nacional para ser ministro de Exteriores, con Daniel Ortega en la presidencia de Gobierno. Lo fue durante todo el primer mandato del polémico grupo guerrillero. Tras el regreso al poder del presidente Ortega en enero de 2007, fue nombrado asesor para asuntos limítrofes y de relaciones internacionales, función de la que ya está retirado.
    ¿Habrá más rehabilitaciones de teólogos de la liberación o de sacerdotes metidos en política en contra de los deseos (o las órdenes) del Vaticano? Es muy probable. El paso de este lunes es un precedente poco habitual en una confesión religiosa nada amiga de rectificarse a sí misma, o que lo hace, si no tiene más remedio, dejando pasar antes incluso siglos. Con razón suele decirse que cuando Roma habla sobre un tema, el caso está cerrado para siempre (‘Roma locuta est, causa finita est’)
    Fueron el papa polaco Juan Pablo II y su ‘policía’ de la fe, el cardenal Joseph Ratzinger, ahora emérito Benedicto XVI, quienes emitieron una severa condena de la Teología de la Liberación, echando de sus cargos docentes y del ministerio ordenado a miles de sacerdotes de todo el mundo, algunos también en España. Los casos más sonados, sin embargo, ocurrieron en la Nicaragua de la revolución sandinista, sobre todo cuando el Gobierno de ese país, tras derrocar a una brutal dictadura apoyada por Estados Unidos, entró en guerra no declarada con la gran potencia, con el presidente Ronald Reagan empeñado en desalojarlos del poder.
    Juan Pablo II echó paladas de arena en aquel conflicto, sobre todo durante su viaje a Managua, la capital de Nicaragua, el 14 de marzo de 1983. Pese a ser tachado de anticlerical y comunista, el Gobierno en pleno acudió al aeropuerto a recibir al pontífice romano. Había dos sacerdotes en aquel Ejecutivo: D’Escoto y Ernesto Cardenal, éste como ministro de Cultura. Otro sacerdote, Fernando Cardenal, jesuita y hermano del anterior, dirigía el programa sandinista de alfabetización. Tras un discurso de bienvenida, el presidente Ortega llevó al Papa hacia los miembros del Gobierno. Juan Pablo II quiso saludarlos uno a uno. Cuando llegó delante de Ernesto Cardenal, el monje trapense y ministro se quitó su famosa boina y se arrodilló. Con enérgicos gestos de su mano derecha, el Papa le dijo: “Regulariza tu posición con la Iglesia. Regulariza tu posición con la Iglesia.” La fotografía de aquella reprimenda recorrió el mundo.
    Pero Ernesto Cardenal, poeta de fama universal ya entonces, no hizo caso a aquel gesto de desaprobación papal. Tampoco tomó medidas contra él su congregación. Poco después, su hermano Fernando, el jesuita, aceptó el cargo de ministro de Educación. Tuvo peor suerte. Inmediatamente, la Compañía de Jesús, muy presionada por Juan Pablo II, (incluso con amenazas nada veladas de suspenderla, como había ocurrido en el pasado), le comunicó que no podía seguir en la política como jesuita. “Es posible que me equivoque siendo jesuita y ministro, pero déjenme equivocarme en favor de los pobres, porque la Iglesia se ha equivocado durante muchos siglos en favor de los ricos”, respondió a sus superiores.
    Como señala el profesor Juan José Tamayo, también miembro de la teología de la liberación, también castigado por Roma, “la presencia de obispos, teólogos, sacerdotes y religiosos en la vida política es una constante en América Latina desde los inicios de la conquista hasta nuestros días. Y no sólo ni siempre del lado de los colonizadores, sino con frecuencia del lado de los sectores marginados”. Casos emblemáticos de compromiso político liberador son el obispo Bartolomé de Las Casas y el dominico Antonio Montesinos.
    Pero el compromiso político de teólogos y sacerdotes se intensifica en la década de los sesenta del siglo pasado, incluso con un cristianismo revolucionario que tiene en Camilo Torres un mito tan arraigado, casi, como el del Ché Guevara. Ejemplos de ese activismo, que no siempre acabó bien, hay también en la actualidad. Es el caso de Fernando Lugo (San Pedro del Paraná, 1951), que accedió a la presidencia del Paraguay tras su triunfo electoral en abril de 2008. Era el candidato de la Alianza Patriótica para el Cambio y logró derrotar al Partido Colorado, que llevaba más de sesenta años en el poder. Así resumió resumía su programa de gobierno, nada más ser elegido: «A partir de hoy, mi gran catedral será todo mi país. Hasta ahora estuve en una catedral enseñando, compartiendo, sufriendo, construyendo”.
    Había sido maestro. También fue misionero en una de las zonas más depauperadas de Ecuador y después estudiante de sociología en Roma. El Vaticano lo hizo finalmente obispo de la diócesis de San Pedro. Cuando renunció al episcopado, el Vaticano le suspendió a divinis pese a que inicialmente le había dado permiso para retirarse y dedicarse a la política. La dispensa se la concedió en junio de 2008 Benedicto XVI. Es decir, la Santa Sede le permitía su retorno al estado laical, que le da derecho a recibir los sacramentos como católico, pero con pérdida de su estado clerical. Entonces se comunicó, además, que si Lugo, desalojado ya de la presidencia tras un polémico proceso, volviese a pedir su incorporación a la Iglesia católica como obispo, el caso sería “analizado por la Santa Sede”.
    Otro caso de compromiso político, también muy polémico, lo protagonizó el salesiano haitiano Jean Bertrand d’Aristide, también en sintonía con la teología de la liberación. Sacerdote en una parroquia pobre de Puerto Príncipe, había participado activamente en el derrocamiento de la dictadura de Duvalier y en diciembre de 1990 fue elegido presidente de Haití con el 67% de los votos. Entre sus prioridades colocó la erradicación de la pobreza y la dignificación de los sectores populares con las que estaba comprometido desde su época de sacerdote. Fue derrocado por un golpe militar y posteriormente rehabilitado. Poco a poco cambió de estilo de vida y se distanció de las opciones liberadoras del comienzo.

    en respuesta a: LA IGLESIA CATOLICA #1842
    Jordi Sapés de Lema
    Superadministrador

    El Papa, en el marco de sus críticas contra el sistema económico, ha resaltado el derecho a «llevar el pan a casa» como una de las bases de la dignidad de la persona, al margen de que los parados puedan recurrir a los programas de asistencia de la Administración o de la propia Iglesia. Así que, aunque la acepta como mal menor, toma posición en contra de la beneficencia considerándola como un atropello a la dignidad del hombre y de la mujer.
    Asimismo ha hablado en contra del permiso para abrir los comercios el domingo; no solo porque la Iglesia reserva el domingo para el culto sino porque esta práctica impide que se reúnan las familias al menos un día a la semana, al margen de si son creyentes o no. Cada vez es más notorio que las razones del capital y del beneficio se imponen por encima de cualquier otra cuestión.

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