Pero eso que hablamos del deseo como proyección de futuro, podemos verlo también desde otro ángulo distinto.
El deseo es el lenguaje por el cual se anuncia nuestro crecimiento. Todo crecimiento, todo desarrollo, se anuncia previamente a través del deseo. El niño pequeño que necesita moverse, que necesita gesticular, tocar las cosas, que necesita tratar de incorporarse y ver hasta donde puede llegar o no llegar…; cuando después el niño necesita un afecto, una comprobación de que es aceptado…, cuando después tiene una curiosidad intelectual, y va experimentando… Todo esto lo hace porque hay algo que lo empuja por dentro, porque hay un impulso que se manifiesta en su conciencia en forma de deseo, en forma de ganas de… hacer algo. Estas ganas de, son el lenguaje por el cual se manifiesta todo lo que es y todo lo que va siendo.