Antonio Blay

Pre-requisitos para el camino espiritual

Demanda auténtica.

¿Qué requisitos, pues, hay que tener o hay que seguir para tratar de abrirse paso en este sendero espiritual? El primer requisito es que hay una demanda auténtica. Nadie puede ir a lo espiritual porque él personalmente lo decide así. Lo espiritual solamente amanece en nosotros, cuando se abre paso a través de nuestras estructuras personales, es un crecimiento, es un desarrollo que viene de dentro; por mucho que me hayan educado a mí en un ambiente de tipo religioso, o del tipo que sea, esto no producirá en mí ni siquiera un poco de desarrollo, de apertura espiritual.

Pre-requisitos para el camino espiritual Leer más »

El yo-experiencia y el yo-idea

El Yo-experiencia (lo real) o personalidad es el resultado de todo lo que vivimos de un modo activo. Gracias a las experiencias, dijimos, movilizamos las energías, desarrollamos nuestros niveles, actualizamos nuestra inteligencia y adquirimos unos modos de reacción ante las situaciones. Esta respuesta que damos una y otra vez va desarrollando en nosotros un eje que es la base de nosotros mismos en el mundo de los fenómenos, en lo existencial. Yo realmente soy lo que he desarrollado: en inteligencia, en energía, en afectividad, en capacidad de adaptación, etc.; ésta es mi verdad objetiva, yo soy exactamente esto.

El yo-experiencia y el yo-idea Leer más »

El exterior como despertador

Hay un proceso constante de creatividad no sólo en las cosas que se hacen o dicen, sino en cómo yo vivo y hago las cosas. La creatividad es vivir las cosas de un modo cada vez más nuevo. Aquí conviene recalcar que la creatividad no consiste en que yo busque cada vez soluciones diferentes para una misma situación. Lo que la creatividad exige es que aunque yo esté viviendo la misma situación desde hace tiempo, si yo estoy realmente centrado y despierto, la estaré viviendo cada vez de un modo totalmente nuevo, porque la situación es enteramente nueva.

El exterior como despertador Leer más »

El sentido de nuestra vida de relación personal

Nuestra relación con los demás es, al principio, una relación de superficie; yo estoy identificado en mis modos de ser y percibo al otro sólo en sus modos de ser; yo me vivo a mí mismo por criterio de comparación: yo soy más o menos que lo de más allá, y mi valoración de lo otro está en función de estos más y estos menos con los que me valoro a mí mismo.

El sentido de nuestra vida de relación personal Leer más »

Atender al otro

Lo más importante es que yo aprenda a descubrir la importancia del otro, que yo aprenda a descubrir que el otro, tan sólo por el hecho de ser el otro, sea quien sea ese otro, es al menos tan importante como yo. Por lo tanto, tengo que aprender a descubrir este valor: el otro tiene la misma realidad que yo, tiene una vida interior exactamente como la tengo yo, tiene una voluntad interior, unas aspiraciones, unos deseos, un modo de ver las cosas, una experiencia detrás de sí, está viviendo todas las situaciones por lo menos con la misma intensidad como las vivo yo, y son tan importantes para él como lo son para mí. Pero yo nunca vivo esto así. Teóricamente acepto que es así, pero a la hora de tratar con los demás yo me hallo centrado en mi modo de pensar y de sentir, y los otros modos de pensar y sentir son para mí secundarios, muy secundarios.

En el momento de la relación humana yo he de aprender a vivir al otro con la misma realidad y la misma importancia con que me vivo a mí.

Atender al otro Leer más »

Apariencia y realidad de las personas

Las personas no son buenas o malas, perfectas o imperfectas, orgullosas o egoístas o generosas o santas. La persona nunca es ninguna cosa; la persona es el conjunto de cualidades emotivas que se expresan en un momento, en un lugar; es el conjunto de los rasgos divinos que se expresan en un grado más o menos elemental, pero que están en un proceso de constante transformación. La imagen que nosotros nos hacemos de la persona es una imagen fija, estática, es una instantánea de la persona. Y a esa instantánea le asociamos unas cualidades, o unos defectos, y valoramos esta instantánea. Esto es lo erróneo.

Apariencia y realidad de las personas Leer más »

Practicar la felicidad

En esto, sin darnos cuenta, aplicamos un criterio material, creyendo que estas cualidades básicas son algo que, a semejanza de lo físico, lo tendremos por posesión acumulativa, que es algo que nos ha de venir del exterior y que, reteniendo determinadas cosas, retendremos una determinada felicidad o bienestar. Y aplicando este criterio es cuando nos encontramos con repetidos fracasos.

Si yo me centro en la intuición que tengo de que Dios es la felicidad y de que Dios es, al mismo tiempo, la Fuente que me está comunicando mi propia vida en todas sus manifestaciones permitiré que esta felicidad se manifieste en mí del mismo modo que yo puedo tomar el sol poniéndome conscientemente bajo sus rayos. Cuando yo pueda mantenerme centrado en esta intuición de Dios presente como Felicidad y Amor absolutos, interiormente relajado, contemplando, y dirigiéndome afectivamente a este Dios-Amor, es como si yo permitiera que ese amor, esa felicidad, me llenaran desde dentro, y pudiera irradiarlos después hacia fuera.

Practicar la felicidad Leer más »

La noción de realidad

Podríamos decir que el nudo del problema se sitúa en donde yo estoy poniendo mi noción de realidad. Según nuestra noción particular de realidad, «realidad» significa lo que para nosotros es real. Y en este caso, es sinónimo de lo que para nosotros es importante. Allí donde yo pongo mi noción de realidad, allí se produce lo que para mí pasa a ser de importancia.

La noción de realidad Leer más »

Scroll al inicio