Lo que nos impulsa
La mayor parte de las personas vive su existencia como un contraste entre ilusiones y desilusiones, entre unas situaciones que son placenteras y otras de conflicto, de dolor. Si encuestáramos a un grupo numeroso de personas en relación a la idea que tienen de su vida, evaluada como positiva o negativa, agradable o desagradable, etc., probablemente encontraríamos a un mayor número de ellas que afirmarían que la balanza se inclina del lado negativo.
Esto es realmente decepcionante si, por otra parte, consideramos que la vida debiera ser algo completamente positivo, que la vida debiera constituir un crecimiento constante en relación a las propias facultades, a la conciencia clara de sí mismo, a la comprensión de las cosas, a la capacidad creativa, y este crecimiento conduciría progresivamente a una mayor vivencia de lo positivo.






